Así como el amor de una madre refleja el amor de Dios, el amor de un padre, cuando es sincero, también expresa el cariño y la preocupación que Dios tiene por nosotros.
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Así como el amor de una madre refleja el amor de Dios, el amor de un padre, cuando es sincero, también expresa el cariño y la preocupación que Dios tiene por nosotros.
Descubrimos el tesoro escondido en la oscuridad, descubrimos al Dios que nos reveló Jesús, el Dios que es Amor incondicional en el que somos y existimos.
Así como una madre sacrifica, sufre, se alegra, perdona y nunca abandona a sus hijos, Dios también está presente en nuestras vidas, demostrando su amor constante y eterno.
Perdonar supone un proceso interno de transformación, es algo muy personal y lleva su tiempo. Cada persona reacciona de manera diferente ante las ofensas.
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