SAN DIEGO — Las autoridades sanitarias del condado de San Diego anunciaron que un total de 360 personas se quitaron la vida en el 2022, casi una persona por día.
Agregaron que la tasa de muertes para niños y jóvenes adultos de 10 a 24 años incrementó en un 7 por ciento. Mientras que para los residentes hispanos del Condado de San Diego, el índice de suicidio de 2012 a 2021 ha incrementado en un 26 por ciento.
El 10 de octubre es el Día Mundial de la Salud Mental, una gran oportunidad para crear conciencia e impulsar cambios positivos en todo lo referente a este tema.
Una de cada cuatro familias experimentará una enfermedad mental y los efectos que la acompañan. Sin embargo, el estigma que hay alrededor de este tema, sobre todo en las comunidades hispanas, frecuentemente impiden que las familias obtengan la ayuda que necesitan. Es hora de cambiar esa mentalidad y hablar sobre las enfermedades mentales; la depresión, la ansiedad, la bipolaridad, la demencia, el autismo y el estrés postraumático son solo algunas de ellas.
La Diócesis de San Diego ofrece apoyo y acompañamiento para individuos y familias que estén enfrentando una situación como esta a través de nuestro apostolado de salud mental. Los interesados pueden encontrar información y dirección en sus parroquias.
“Nuestros desafíos de salud mental también pueden ser vistos como oportunidades para crecer hacia una relación más saludable con nosotros mismos, con Dios y con nuestros hermanos”, dijo John Prust, director de la Oficina Diocesana de Vida Familiar y Espiritualidad.
De igual manera, la Iglesia Católica local proporciona una lista de recursos en las páginas web www.sdcatholic.org/mentalhealth y sdcatholic.org/healingpathways. También pueden encontrar ayuda en español en el apostolado de salud mental y la Oficina de Vida Familiar y Espiritualidad.
“Como solía decir el obispo (John) Dolan, todos estamos un poco ‘desordenados’. Pero en ciertos momentos de nuestras vidas puede ser que necesitemos un poco más de ayuda para sobrellevar los retos que enfrentamos”, dijo Prust.
“La ayuda puede venir de recetas psiquiátricas que hacen que nuestro cerebro funcione mejor; puede venir de vínculos más fuertes con la familia y la comunidad; puede venir de cuidarnos mejor y estar más atentos a nuestra salud física, mental y espiritual; puede venir de una conversación con un terapeuta, consejero o mentor de confianza que pueda ayudarnos a comprender mejor lo que sucede dentro de nosotros”, agregó.
Más información
Si usted o un ser amado está enfrentando una crisis marque al 988 para recibir ayuda las 24 horas o a la Oficina Diocesana de Vida Familiar y Espiritualidad al (858) 490-8256.
