Perspectiva: Cómo superar las piedras en el camino

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Foto por Bruno van de Kraan, por Unsplash.com.

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Por Padre Bernardo Lara

SAN DIEGO — Una vez más nos encontramos celebrando la fiesta de la Pascua, la fiesta más importante para nosotros los católicos.
Y claro, durante el año tenemos varias ocasiones de fiestas muy bonitas y transformadoras. Seguramente a todos se nos viene a la mente Navidad, con sus foquitos de colores, villancicos, el pino, las películas, los nacimientos y las posadas; sin duda, la más famosa o popular de las fiestas. Pero aun con toda la belleza que rodea a esa temporada, la importancia de la Pascua sigue siendo superior.
Y es que, con la resurrección de Jesús nos llega la salvación y todo lo que se había advertido a través de los profetas. Con la resurrección Jesús cierra el ciclo llegando al culmen la misión salvadora. Sin resurrección Jesús pudo haber sido visto como un profeta más, pero solo Dios mismo pudo haber entregado su vida y recuperarla. Sin la resurrección incluso la Navidad no tuviera tanto sentido.
Esta temporada nos presenta una magnífica ocasión para reflexionar.
Este año dentro del Evangelio de Pascua se menciona un objeto que aparece en medio de la narrativa y en muchos cuadros y dibujos de la resurrección: la piedra que sellaba la tumba.
Desde el inicio del recuento hemos escuchado de este objeto. Una de las mayores preocupaciones de las mujeres que se dirigían a la tumba donde yacía el cuerpo de Jesús era el hecho de quién iba a remover la piedra para dejarlas pasar. Recordemos que la piedra, según cuenta la tradición, era enorme. Además, era tan pesada que fue utilizada para bloquear el acceso al sepulcro. La preocupación de las mujeres era lógica. La gran sorpresa fue que, como sabemos, Dios había removido la piedra del camino.
Dentro de la vida también nosotros nos encontramos con “piedras en el camino”, como dice una canción popular. La roca del sepulcro separaba a la gente de Cristo, las piedras en nuestra vida nos tienden a separar de Dios. Esas piedras pueden ser miedos, inseguridades, adicciones y frustraciones, por mencionar algunas.
No obstante, la resurrección es muestra de que no hay imposibles para Dios, y si en el recuento evangélico de Pascua Dios removió la piedra para presentarnos una vida nueva en Cristo, así mismo si vivimos según sus enseñanzas, Dios se encargará de remover las piedras dentro de nuestra vida para así poder encontrar una nueva vida en Jesús.

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