SAN DIEGO — La Diócesis de San Diego dará la bienvenida a cuatro nuevos diáconos permanentes y un sacerdote el próximo mes de junio.
El 1 de junio, el cardenal Robert W. McElroy ordenará a cuatro hombres al diaconado permanente durante una Misa a las 10 a.m. en la Iglesia de Nuestra Señora de Gracia en El Cajón. Sus nombres son Mario Díaz, de la Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe en Chula Vista; Don Meziere, de la Parroquia Santa María en Escondido; Víctor Villagómez, de la Parroquia de Nuestra Señora de Monte Carmelo en San Ysidro; y Brian Wong, de la Parroquia de San Antonio de Padua en Imperial.
De igual manera, el 8 de junio, el Cardenal ordenará al sacerdocio a Sean Embury durante una Misa a las 10 a.m. en la parroquia San Gabriel en Poway, parroquia a la que Embury pertenece.
Se espera que ambas ordenaciones sean transmitidas en vivo a través de sdcatholic.org.
La próxima ordenación al diaconado permanente será la primera que se realiza en la diócesis desde 2022.
La ordenación al diaconado permanente está precedida por un proceso de cinco años que incluye un año de Aspirantado, un período de discernimiento y cuatro años de formación. El año pasado no se ordenó ningún diácono permanente debido a una transición de liderazgo en la Oficina diocesana para el Diaconado Permanente cinco años antes. La hermana Carlotta DiLorenzo, quien dirigió la oficina durante 20 años, se jubiló en junio de 2018 y su sucesor, el padre jesuita Eduardo Samaniego, no se incorporó hasta agosto de 2019.
El padre Samaniego dijo que la próxima ordenación es “una ocasión de gran gozo para la diócesis”. Explicó que el papel del diácono permanente es “ayudar a los párrocos a organizar el alcance de una parroquia”.
“Eso es justamente lo que el Papa Francisco está pidiendo a los discípulos misioneros”, dijo.
El sacerdote señaló que la cantidad de hombres que ingresan a la formación para el diaconado permanente se ha mantenido “bastante estable” a lo largo de los años.
En 2022, fueron ordenados nueve hombres. El próximo año serán seis.
Clarissa Martínez, directora asociada de la Oficina para el Diaconado Permanente, comentó que la generación de este año incluye dos hombres -Diaz y Wong- para quienes está es la segunda ocasión que están en el programa de formación.
“Las circunstancias de la vida les impidieron ser ordenados (la primera vez), pero el llamado… seguía ahí”, dijo, explicando que ambos se habían retirado del programa en el pasado solo para regresar hace cinco años.
Mientras tanto, se necesitan un promedio de seis años de formación para convertirse en sacerdote diocesano, indicó el padre Matthew Spahr, rector del Centro de Formación Sacerdotal St. Francis en la Universidad de San Diego.
Embury, quien será ordenado sacerdote el 8 de junio, fue ordenado al diaconado de transición en diciembre del año pasado en la Parroquia La Inmaculada.
La ordenación al diaconado de transición es el último paso en el camino al sacerdocio. En ese momento, el seminarista se compromete públicamente a una vida de oración, celibato y obediencia al obispo diocesano.
Durante los últimos cinco años, el número de hombres ordenados sacerdotes diocesanos ha oscilado entre uno (en 2019 y 2021) y cuatro (en 2023). Dependiendo de cuántos hombres ingresaron al programa en un año determinado y cuántos discernieron que no eran llamados al sacerdocio, hay algunos años en los que no se ordenan nuevos sacerdotes.
Actualmente, la diócesis tiene a 13 hombres en su programa de formación, cuatro de los cuales están programados para ser ordenados al sacerdocio el próximo año.
“El Rito de Ordenación”, dijo el padre Spahr, “es la culminación de años de preparación en nombre del candidato y una señal gozosa para la Iglesia de cómo Cristo continúa brindando pastores a Su pueblo”.
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