CIUDAD DEL VATICANO — A los líderes mundiales se les está acabando el tiempo y deben abordar los desafíos del cambio climático antes de que sea demasiado tarde, dijo el papa Francisco.
En una carta a los católicos de Escocia firmada el 9 de noviembre, donde se llevaba a cabo la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático, el papa dijo que esperaba que los líderes que asisten a la cumbre «afronten este grave desafío con decisiones concretas inspiradas en la responsabilidad hacia las generaciones presentes y futuras».
«El tiempo se acaba; esta ocasión no debe ser desperdiciada para que no tengamos que enfrentarnos al juicio de Dios por nuestra incapacidad de ser fieles administradores del mundo que nos ha confiado para que lo cuidemos», escribió.
El mensaje del papa llegó en el momento en que la conferencia de Glasgow, también conocida como COP26, estaba a punto de concluir el 12 de noviembre.
En la cumbre, Estados Unidos y China anunciaron el 10 de noviembre la firma de un acuerdo conjunto entre ambos países en un esfuerzo por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, según BBC News, ninguno de los dos países firmó un compromiso para eliminar el uso del carbón antes de 2030.
En su carta, difundida por el Vaticano el 11 de noviembre, el papa dijo que, aunque lamentaba no poder asistir a la cumbre, agradecía a los católicos de Escocia que se unieran a él para orar por la conferencia, que está «destinada a abordar uno de los grandes asuntos morales de nuestro tiempo: la preservación de la creación de Dios, que se nos ha dado como un jardín para ser cultivado y como un hogar común para nuestra familia humana».
El papa Francisco también dijo que estaba conmovido por la fidelidad de los católicos escoceses a la iglesia y aseguró a los fieles sus oraciones, especialmente «por los jóvenes, los ancianos, los enfermos y los que de alguna manera están sufriendo los efectos de la pandemia».
«En estos tiempos difíciles, que todos los seguidores de Cristo en Escocia renueven su compromiso de ser testigos convincentes de la alegría del Evangelio y de su poder para aportar luz y esperanza a todo esfuerzo por construir un futuro de justicia, fraternidad y prosperidad, tanto material como espiritual», dijo el papa.