Por Carol Glatz
CIUDAD DEL VATICANO (CNS) – La pandemia de COVID-19 exige una revisión urgente de la realidad contra la información sin fundamento para que todos tengan acceso a vacunas y medicamentos, dijo el papa Francisco a diplomáticos de todo el mundo.
El Papa instó a las personas, los gobiernos y la comunidad internacional a reconocer la eficacia y la importancia de inmunizar a tantas personas como sea posible como parte de la lucha contra la pandemia, que calificó como un «momento tan grave para toda la humanidad».
«Las vacunas no son instrumentos mágicos de curación, sino que representan ciertamente, junto con los tratamientos que se están desarrollando, la solución más razonable para la prevención de la enfermedad», dijo el Papa a los embajadores de los 183 países que tienen relaciones diplomáticas con el Vaticano.
En su reunión anual con el cuerpo diplomático el 10 de enero, el Papa también les dijo que enfrentar los desafíos de hoy exige que la humanidad «vuelva a reunirse como una gran familia, la cual, aunque partiendo de puntos de vista diferentes, debe ser capaz de encontrar soluciones comunes para el bien de todos».
En su discurso, el Papa destacó sus esperanzas y preocupaciones con respecto al estado del mundo, las guerras y la violencia en curso, el comercio de armas, la «cultura de la cancelación» actual, el trato a los migrantes, la importancia de aumentar los fondos para la educación y la necesidad de dar un paso adelante intensificando los esfuerzos para la vacunación universal en contra del COVID-19.
Al recordar el fallecimiento del arzobispo Aldo Giordano, un diplomático vaticano muy respetado que murió de COVID-19 en diciembre, el Papa dijo a los embajadores que la lucha contra la pandemia aún requiere un » esfuerzo importante» de la parte de todos, a nivel personal, político y de la comunidad internacional.
Las campañas de vacunación efectivas han «disminuido el riesgo de un avance grave de la enfermedad», dijo. «Por lo tanto, es importante que se continúen los esfuerzos para inmunizar a la población lo más que se pueda».
Las personas tienen el deber de cuidar de sí mismos y de su salud, lo que incluye «respeto de la salud de quien está cerca de nosotros», dijo. Pero «lamentablemente, cada vez más constatamos cómo vivimos en un mundo de fuertes contrastes ideológicos» donde las personas se dejan influenciar por ideologías basadas «en noticias sin fundamento o en hechos poco documentados».
«Toda afirmación ideológica cercena los vínculos que la razón humana tiene con la realidad objetiva de las cosas», dijo. «En cambio, la pandemia nos exige que ‘pongamos los pies en la tierra’, que requiere afrontar el problema y adoptar los remedios adecuados para resolverlo».
Los política puede ayudar involucrando más a los ciudadanos y fomentando una discusión constructiva, dijo.
El papa también criticó una «forma de colonización ideológica» que «no deja espacio a la libertad de expresión». Dijo que «asume cada vez más la forma de esa cultura de la cancelación, que invade muchos ámbitos e instituciones públicas».
El papa lamentó los conflictos o tensiones en curso en Siria, Yemen, Libia, Sudán, Etiopía, Ucrania y Myanmar, entre otros lugares.
Y animó a Israel y Palestina a reconstruir «la confianza entre ellos y volvieran a hablarse directamente para poder llegar a vivir en dos estados, uno junto al otro, en paz y seguridad, sin odio ni resentimiento, pero curados por el perdón recíproco».
Dijo al cuerpo diplomático que estos conflictos se ven agravados por la abundancia y disponibilidad de armas. «A veces nos hacemos la ilusión de que las armas sólo sirven para disuadir a posibles agresores», dijo.
Los sistemas autónomos de armas deben estar bajo el escrutinio internacional y las armas nucleares deben ser abolidas, dijo, añadiendo que «son instrumentos inadecuados e inapropiados para responder a las amenazas a la seguridad» y su posesión «es inmoral».
El papa Francisco también pidió una mayor financiación de la educación, que es fundamental para el crecimiento espiritual, moral y social de los jóvenes.
El papa también agradeció a quienes «se esfuerzan por garantizar acogida y protección a los migrantes, haciéndose cargo también de su integración en los países que los han acogido».
«Es necesario vencer la indiferencia y rechazar la idea de que los migrantes sean un problema de los demás» y, en su lugar, adoptar formas coherentes e integrales para coordinar las políticas sobre migración y asilo, dijo el papa.
«La cuestión migratoria, como también la pandemia y el cambio climático, muestran claramente que nadie se puede salvar por sí mismo», dijo, y pidió recuperar «el sentido de nuestra común identidad como única familia humana».