La pantalla vacía contaba la historia.
El día anterior la pantalla mostraba un calendario de tres meses con nombres de refugiados que habían sido aprobados para su reasentamiento en este país. Los miembros del personal de Caridades Católicas utilizaron esa información para organizar servicios básicos como vivienda, educación y atención de salud para aquellos destinados a la región de San Diego.
Pero cuando los miembros del personal ingresaron a la base de datos federal un día después de que el presidente Donald Trump emitiera órdenes ejecutivas suspendiendo todas las admisiones de refugiados por 120 días, la información había desaparecido.
«Todo nuestro proceso murió justo ahí», recordó Nadine Toppozada, directora de Servicios para Refugiados de Caridades Católicas de San Diego, la segunda organización más grande que reubica a los refugiados en la región.
Las órdenes fueron un golpe devastador para los refugiados programados para llegar. Y conmocionó a las familias de refugiados que ya están aquí. Su impacto en Caridades Católicas todavía está siendo evaluado, pero podría ser terrible.
A mediados de febrero, los tribunales habían suspendido las órdenes y los refugiados y viajeros de los países en cuestión fueron nuevamente admitidos en los Estados Unidos.
Pero si los tribunales los respaldan, la agencia perderá la mitad de su cantidad de casos, $1.2 millones en fondos anuales y posiblemente tendrá que eliminar hasta 11 puestos, dijo su director Robert Moser.
Bajo un contrato con el gobierno federal de los Estados Unidos, Catholic Charities reubicó a casi 1,100 refugiados el año pasado y esperaba ayudar a un número similar en 2017, dijo Moser. De esos 1,100 reasentados el año pasado, unos 432 eran de los siete países a los que apunta el gobiernode Trump.
Las órdenes ejecutivas emitidas el 27 de enero suspendieron la admisión de refugiados en los Estados Unidos durante 120 días, suspendieron indefinidamente a los sirios y prohibieron la entrada en el país a viajeros de siete países musulmanes (Irán, Iraq, Libia, Somalia, Sudán, Siria Y Yemen) durante 90 días.
La Administración Trump dijo que la prohibición temporal era necesaria para que pudiera desarrollar procedimientos de «investigación extrema» para detectar a los refugiados que planeaban llevar a cabo ataques terroristas. Las organizaciones que han ayudado a los refugiados durante décadas, sin embargo, contrarrestaron que los Estados Unidos tiene el proceso de investigación más extenso en el mundo, con una duración de hasta 24 meses, y que ningún refugiado había llevado a cabo un ataque terrorista en suelo estadounidense. Ese hecho fue citado por el Tribunal de Distrito que suspendió las órdenes.
Moser dijo que Caridades Católicas de San Diego había logrado reasentar a más de 35,000 refugiados desde 1975 de países de todo el mundo.
«Basados en nuestra experiencia, tales órdenes ejecutivas no son ni necesarias ni justificadas», afirmó.
«Muchas personas inocentes y vulnerables que han sufrido persecución en el extranjero por razones políticas o religiosas seguirán sufriendo debido a los prejuicios políticos y religiosos mostrados por el mismo país que históricamente ha sido el faro de la libertad y la tolerancia», el director aseguró.
Por ahora, el personal de la agencia mantiene a sus clientes informados y trabaja para proveer nivel alto de servicio para los que ya residen aquí. Además, explora estrategias alternas para ayudar a los refugiados que lleguen en el futuro si el gobierno federal reduce su apoyo.
En tiempos normales, los trabajadores de la agencia se preparan para la llegada de los refugiados tan pronto como su nombre aparezca en la base de datos de Migración y Refugiados de los Estados Unidos, que contiene sus biografías. Alquilan apartamentos, coordinan con escuelas para inscribir a nuevos estudiantes y hacen citas para exámenes de salud. A menudo, los refugiados llegan con necesidades apremiantes.
«Por ejemplo, una prótesis que necesita atención porque es de tan mala calidad que entra en la piel del cliente y sangra», dijo Toppozada.
Una vez aquí, el personal proporciona apoyo para ayudarles a llegar a ser autosuficientes tan pronto como sea posible. Esto incluye enseñarles a usar el transporte público, facilitar clases de inglés y ayudarles a encontrar empleo.
Los trabajadores del caso ayudan a los clientes durante cinco años, en ese momento presenciando su transformación a miembros productivos de la sociedad, señaló Toppozada,
Las órdenes provocaron ansiedad entre las familias de refugiados que se han establecido aquí. Inundaron los mensajes de voz de las agencias y acudieron a su oficina desesperados por información.
Los refugiados tienen el mandato de ajustar su estatus a residentes permanentes legales de los Estados Unidos en el primer aniversario de su ingreso en el país. ¿Serían todavía capaces de hacerlo? ¿Podrían viajar al extranjero para visitar a la familia?
«Muchas veces no teníamos respuestas más allá de aconsejarles que no viajaran», dijo.
Las órdenes ejecutivas también redujeron en más de la mitad el número de refugiados que los Estados Unidos habían aceptado admitir este año, 110,000.
Dado que 65 millones de personas en todo el mundo han sido desplazadas de sus hogares por conflictos, los 110,000 que los Estados Unidos debía admitir son «una pizca», comentó Toppozada. «Reducir ese número a 50,000 no es cumplir nuestra responsabilidad como seres humanos, no escumplir nuestra responsabilidad como cristianos».
Moser dijo que ayudar a los refugiados es fundamental para la misión de las Caridades Católicas, citando el Evangelio de Mateo:
«Tenía hambre y me diste comida, tuve sed y me diste de beber, fui un forastero y me recibiste».