Alrededor de 40,000 “Soñadores” viven en el Condado de San Diego, inmigrantes jóvenes traídos a este país por sus papás de forma ilegal cuando eran chicos.
En los últimos cinco años, estos Soñadores han cumplido con requisitos rigurosos y recibido permiso temporal para vivir en Estados Unidos de manera legal, bajo el programa Acción Diferida por los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés).
Alrededor de 800,000 jóvenes en todo el país pudieron salir de las sombras y trabajar con este permiso, renovable cada dos años.
Sin embargo, a principios de septiembre, el Gobierno de Trump canceló DACA, a partir del 5 de marzo, una decisión que denunció la Iglesia Católica en todos sus niveles.
Al mismo tiempo el Gobierno retó a los miembros del Congreso que aprobaran una ley que les diera estatus legal permanente a los Soñadores. Y anunció que aquellas personas cuyo estatus bajo DACA expire entre el 5 de septiembre del 2017 y el 5 de marzo del 2018, tendrían hasta el 5 de octubre para solicitar su renovación.
Caridades Católicas de San Diego inmediatamente se movilizó para apoyar a jóvenes con DACA para cumplir con esa fecha límite. Su departamento de Servicios para Inmigrantes ha estado presentando foros informativos y talleres a lo largo de la diócesis, dos a tres veces a la semana, casitodos en parroquias.
En las sesiones, la directora Vanessa Ceceña explica la decisión del Gobierno. Y luego los jóvenes con este permiso y sus familiares se pueden reunir con el personal del departamento para revisar su caso, inclusive con la abogada Laura Berumen.
“DACA les permitió a estos jóvenes avanzar en sus vidas”, aseguró Berumen. “La decisión del Gobierno amenaza todo eso”.
El personal ayuda a completar la solicitud de renovación y obtener la cuota de $495 a los que califican para la renovación.
Se presentaron foros el 13 de septiembre en la Biblioteca de Lemon Grove; el 16 de septiembre en la parroquia San Judas; el 19 de septiembre en Holy Trinity de El Cajon; el 20 de septiembre en la Misión San Luis Rey en Oceanside; y el 28 de septiembre en Nuestra Señora del SagradoCorazón en San Diego.
La joven Katia Ortiz compartió su historia en el foro en la parroquia del 16 de septiembre. Sus papás la trajeron a los Estados Unidos cuando tenía tres años. Comenzó a darse cuenta el gran impacto de no tener papeles tendría en su vida cuando llegó a la preparatoria.
“No podía continuar mis estudios, ni trabajar”, continuó.
Todo cambió cuando el Presidente Obama firmó una orden ejecutiva para ofrecer el programa DACA a los jóvenes que nunca tuvieron una opción de no venir a este país.
“Pude estudiar, trabajar y sacar mi licencia de manejar”, dijo, “todas las cosas que mis amistadas hacían sin pensarlo dos veces”.
La joven animó a otras personas que tengan el permiso DACA de no darse por vencidos por la decisión del Gobierno de Trump.
“Tienes que luchar por lo que crees”, aseguró. “Yo amo este país. Lo apoyo con mi trabajo, con mis impuestos todos los días. “Sí tengo miedo pero yo voy a luchar para poder continuar haciendo mi vida. Este es mi hogar”.
Mientras tanto, los Obispos de Estados Unidos llamaron la decisión del Gobierno “reprensible”.
“Por mucho tiempo la Iglesia Católica ha visto con orgullo como los jóvenes con DACA han vivido sus vidas con esperanza y un compromiso de florecer y contribuir a la sociedad. Han trabajado para proveer para sus familias, han servido en las fuerzas militares y han continuado sueducación”, según una declaración de la Conferencia Católica de Obispos de Estados Unidos.
Mientras tanto, los Obispos de California declararon, “Ahora es el momento que el Congreso muestre valor y compasión a pesar de esta acción caprichosa y mal concebida”.
En días recientes líderes Demócratas del Congreso anunciaron que habían llegado a un acuerdo con el Presidente para otorgar estatus legal permanente a los Soñadores. Sin embargo, hubo versiones opuestas del pacto y no estaba claro si suficientes Republicanos lo apoyarían o si el mandatariomismo lo respaldaría si el Congreso lo aprobara.
La abogada de Caridades Católicas instó a los que tienen DACA a obtener información confiable sobre su propia situación.
“Manténganse positivos”, ella les aconsejó durante el foro en la parroquia de San Judas. “Mantengan contacto con su comunidad. No pierdan la esperanza”.
Antes de la capacitación, el padre Edmundo Zárate Suárez, de la parroquia San Judas, invitó a representantes de varias fes a ofrecer una oración a favor de los Soñadores. Uno de ellos fue al padre Tommie Jennings, de la parroquia cercana Christ the King.
Un afro-americano, él creció en el tiempo de profunda segregación racial en el Sur del país. Dirigiéndose a los Soñadores de hoy, habló de cuando él escuchó por primera vez del legendario soñador de esa época, Martin Luther King, Jr.
“Yo era un soñador sentado en la parte trasera del autobús”, haciendo referencia al hecho que no se permitía a los afro-americanos sentarse en la sección del frente del vehículo. “Llegó un soñador y nos dio un sueño. Cuando pienso en ustedes, no están tratando de ordenarlos a la parte traseradel autobús. Están tratando que los atropelle. No dejen de soñar. No dejen de soñar”.