SAN DIEGO – El Obispo Robert McElroy anunció el fallecimiento del Obispo Auxiliar retirado Gilberto Chávez, a la edad de 87 años. Chávez era un venerado líder espiritual de fieles católicos a lo largo y ancho de la región, particularmente entre latinos. El Obispo falleció el domingo en una casa de retiro de la localidad tras varios meses de recibir cuidado de hospicio debido a problemas de salud.
El Obispo Chávez sirvió en la diócesis de San Diego durante 60 años; 46 de ellos como obispo auxiliar. Durante este tiempo la población de la región de San Diego creció rápidamente, particularmente entre hispanos. El Obispo Chávez defendió iniciativas tanto en la diócesis como en la Iglesia Católica de Estados Unidos para mejor atender a los latinos, particularmente con ministerios en español.
Contínuamente motivaba a feligreses a desarrollar su formación espiritual y su habilidad de liderazgo. Inspiró a generaciones de latinos católicos a tomar roles de liderazgo en sus parroquias, en sus comunidades y en sus vidas públicas.
“Los dones extraordinarios con los que el Obispo Chávez nos bendijo durante su vida moldearon profundamente a los fieles, el clero, nuestra diócesis y la misma Iglesia”, dijo el Obispo McElroy.
El Obispo Chávez lanzó programas pioneros para representar a los católicos latinos en los Condados de San Diego e Imperial, incluyendo entrenamientos en español. Encabezó la primer comisión de la diócesis para servir a católicos hispanos -una organización que hasta el día de hoy sigue funcionando- cuando casi dos terceras partes de los 1.3 millones de católicos de la diócesis son latinos.
Sirvió en nueve parroquias, incluyendo su primera asignación en la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe en Riverside en 1960, así como Nuestra Señora de Monte Carmelo en San Ysidro en 1971 y como rector durante 24 años en la Catedral de San José.
A pesar de que el Obispo Chávez se retiró en junio de 2007 a la edad de 75 años, se mantuvo activo hasta hace poco tiempo. Ofreció amistad y consejos a sacerdotes, particularmente sacerdotes recién ordenados. Y siempre acudió a eventos importantes, incluyendo la ordenación del Obispo Auxiliar John Dolan en 2017, quien fue confirmado por el Obispo Chávez cuando cursaba el octavo grado.
El Obispo Chávez siempre asistía a celebraciones significativas de la fe. En diciembre de 2017, asistió a la misa anual de Nuestra Señora de Guadalupe en el Community Concourse, donde recibió una gran ovación a la voz de “¡Que Viva el Obispo Chávez!”
“Los quiero felicitar por ser fieles a la Iglesia Católica”, les dijo a los miles de asistentes que se reunieron ese día, “por elegir el camino hacia el bien, la verdad, la humildad y el amor. Todos ustedes son importantes para la Iglesia y la sociedad”.
Gilberto Espinoza Chávez nació el 9 de mayo de 1932, en Ontario, California, uno de seis hijos de una familia católica que había emigrado de México.
Después de la preparatoria, ingresó al seminario en San Diego y fue ordenado en 1960 por el Obispo Charles F. Buddy. Sirvió en varias asignaciones en el Sur de California, incluyendo un período de cuatro años como capellán en un centro estatal de rehabilitación para adictos en Norco.
Mientras trabajaba en el sistema de prisiones, decidió obtener un título universitario de UC Riverside para prepararse mejor para los desafíos que se le podrían presentar.
El Papa Pablo VI lo nombró obispo auxiliar en 1974, apenas el segundo obispo hispano de la nación en ese tiempo. Sirvió con el Obispo Leo T. Maher y posteriormente con el Obispo Robert H. Brom, sumando un total de 33 años.
Más allá de la diócesis, el Obispo Chávez apoyaba activamente causas comunitarias desde Oceanside hasta El Centro, particularmente aquellas que luchaban por la justicia social para los pobres y marginados. En alguna ocasión marchó junto a César Chávez desde la frontera hasta San Diego para apoyar los derechos de los trabajadores del campo. El Obispo inspiró a generaciones de jóvenes activistas quienes posteriormente se irían a liderar organizaciones en los sectores públicos y privados.
En 1983 se convirtió en el rector de la Catedral de San José, donde sirvió durante los últimos 24 años antes de retirarse en 2007.
Había solicitado una fiesta pública en San Ysidro para celebrar su vida. Esa celebración se llevará a cabo después de que la crisis de COVID-19 haya terminado.