La diócesis necesita encontrar nuevas formas para que los hispanos jóvenes se sientan en casa en la Iglesia. El clero debería ser más accesible a los hispanos. Todos los líderes de ministerios deberían tomar cursos de liderazgo.
Esas prioridades surgieron del Encuentro diocesano que se llevó a cabo el mes pasado. Un total de 240 hispanos católicos – representando 43 parroquias de Escondido hasta El Centro – desarrollaron 30 propuestas para fortalecer su presencia en la diócesis.
Las propuestas son importantes no solamente para la diócesis, donde un 63 por ciento de parroquianos son hispanos sino para toda la Iglesia Católica de Estados Unidos, donde 38 por ciento son latinos. Es más, casi la mitad de todos los “milenios” católicos en el país son hispanos, subrayando la necesidad fundamental de atraer a los jóvenes a la Iglesia.
“Es importante que nosotros tracemos un camino para el futuro, particularmente para la comunidad hispana, que fue la fundación de nuestra Iglesia local y es la mayoría”, dijo el obispo Robert McElroy en la Misa de apertura del Encuentro diocesano. “Y continúa siendo una fuente de inspiración y alegría y participación, tanto en el Condado Imperial como en el de San Diego”.
El Encuentro se llevó a cabo el 21 de octubre en la Universidad de San Diego (USD). Fue un paso importante en el proceso de cuatro años del V Encuentro Nacional del Ministerio Hispano/Latino, un proyecto prioritario de la Iglesia Católica del país. El proceso continuará el próximo año con un Encuentro regional, el 27 a 29 de abril en Visalia, y uno nacional, del 21 al 23 de septiembre en Grapevine, Texas.
Las metas principales son discernir las maneras en que la Iglesia de Estados Unidos puede responder mejor a la presencia de los hispanos y fortalecer las formas en que los mismos hispanos puedan liderar no solamente sus ministerios y movimientos sino sus parroquias, diócesis y la Iglesia entera.
El proceso bilingüe comenzó en la base el pasado enero, cuando las parroquias empezaron a llevar a cabo un Encuentro, que consistía en cinco sesiones, seguido por un Encuentro parroquial. Los participantes desarrollaron propuestas en cada uno de esos niveles, las cuales fueron enviadas a la oficina nacional del V Encuentro.
“Todos estamos aquí para considerar cómo la Iglesia debe crecer y cambiar para acompañar la enorme gracia de este momento hispano en la Iglesia de Estados Unidos”, dijo el obispo McElroy. “Caminemos juntos hoy, con paciencia y confianza, justo como Dios acompañó a sus discípulos en el camino a Emaús”.
De hecho, el acercamiento evangelizador revelado en ese pasaje bíblico sirvió como marco para las sesiones en las parroquias y el Encuentro diocesano.
Los delegados llegaron de todos los rincones de la diócesis a USD, incluyendo un grupo que viajó del Valle Imperial. Se juntaron con alegría, abrazando antiguos amigos y estrechando la mano a gente nueva. El Canciller Diocesano Rodrigo Valdivia y la directora de Evangelización y Catequesis, Marioly Galván, sirvieron como los anfitriones de las sesiones de apertura y clausura, alternando entre español e inglés.
Durante el día, los delegados se dividieron en grupos pequeños en varios salones, compartiendo sus ideas y experiencias. Se escucharon uno al otro, atentamente considerando como plantear sus propuestas. Primero las comentaron dentro de círculos chicos, escribiendo sus ideas en pliegos de papel, ideas que luego compartieron con el grupo en general.
En casi todas las sesiones, expresaron su preocupación sobre que la gente joven estaba ausente de la Iglesia. Ese hecho se comprobó en el mismo evento, el cual tuvo relativamente pocos participantes bajo la edad de 25 años.
Uno de ellos fue Roni Lobato Ventura, 19, quien es miembro de la pastoral juvenil de la parroquia San Francisco de Vista. El joven se paró en frente del su grupo y habló sobre como los jóvenes no siempre se sienten bienvenidos en la Iglesia, punto que profundizó en una entrevista más tarde.
Asesguró que algunas personas mayores encargadas de ministerios no tratan a los jóvenes como debe ser, basándose en estereotipos negativos.
“Piensan que nosotros, la gente joven, estamos perdidos. Que andamos haciendo cosas que no debemos hacer en el mundo”, aseguró. “Esa actitud desanima a gente joven y no las hace sentir bienvenida. No tenemos la oportunidad de expresarnos, de desarrollar nuestra fe y ofrecer todo lo que podemos dar”.
Lobato, un estudiante de segundo año en la Universidad Estatal de San Marcos, dijo que los grupos juveniles de su parroquia trabajan prácticamente todos los días para animar a la gente joven a participar en la Iglesia. Le agradó participar en el Encuentro diocesano.
“Es importante que todos tengan una voz sobre lo que ocurre en la parroquia”, dijo. “Tal vez podemos aprender uno de otro”.
Enrique Méndez fue un invitado especial al Encuentro. Trabajó en la diócesis por 34 años, sirviendo a los hispanos en varios puestos hasta que se jubiló en 2007. Dirigió el Centro Padre Hidalgo en National City que ofreció capacitación en liderazgo en español hasta que cerró en 2007 y su labor se transfirió al Instituto Diocesano.
Méndez, quien ayudó a coordinar los cuatro Encuentros Nacionales previos en la diócesis, no le sorprende la continua necesidad para capacitación en liderazgo. Todavía no hay suficiente sacerdotes que hablan español en las parroquias que tienen por lo menos una Misa en ese idioma, dijo, aunque la situación ha mejorado mucho. Además, el número de movimientos ha crecido, y también necesitan formación en liderazgo.
Méndez contó que cuando él empezó el Centro Padre Hidalgo solamente había cinco parroquias donde se celebraba una Misa en español.
“Cuando yo dejé el centro, teníamos 51 parroquias con al menos una Misa en español porque era una necesidad para la gente.”
Además, dijo Méndez, se necesitan individuos bien formados para cumplir el llamado del Papa Francisco.
“Quiere que no se quede uno en la oficina, sino que ande uno ‘callejeando’; que salgan no solamente los líderes de las parroquias, también los sacerdotes, que traten con el pueblo”.
Al final del Encuentro diocesano, cada grupo presentó sus propuestas a todos los delegados, los cuales votaron por las que consideraban prioridades.
Posteriormente, el obispo McElroy les dio las gracias a todos los participantes y luego bendijo a los delegados que continuarán el proceso del V Encuentro el próximo año en la reunión regional.
“Este no es un día final”, les dijo, “es un día para el futuro”.