CIUDAD DEL VATICANO — La disminución constante de la tasa de natalidad en Europa y en el Occidente son signos de una nueva forma de pobreza que priva a la humanidad de un futuro, dijo el papa Francisco.
Las familias que no pueden tener hijos y jóvenes luchando con la decisión de tener una familia por dificultades económicas o por la atracción a «mediocres sustitutos» corren el riesgo de convertir la «hermosura de una familia llena de niños» en una «utopía, un sueño difícil de cumplir», dijo el papa en un mensaje enviado el 12 de mayo a los participantes de una conferencia sobre «estados generale» de la natalidad en Italia.
«Esta es una nueva pobreza que me asusta», dijo. «Es la pobreza generativa de quien rebaja el deseo de felicidad en su corazón, de quien se resigna a diluir sus mayores aspiraciones, de quien se contenta con poco y deja de esperar algo grande».
Según la agencia nacional de estadísticas, ISTAT, la tasa de natalidad de Italia alcanzó un mínimo histórico con 399, 431 nacimientos en 2021 en comparación con 404,892 en 2020. Italia, Malta, España, Grecia y Luxemburgo tienen las tasas de natalidad más bajas de Europa.
La conferencia de dos días «Estado General de las Tasas de Natalidad» indicó en su sitio web que tiene como objetivo «hacer propuestas para revertir la tendencia demográfica» en Italia que «ha empeorado por los efectos de la pandemia de COVID-19».
En su mensaje, el papa dijo que el descenso de la natalidad es un «problema muy urgente» y que no verlo como un problema «es una actitud miope» que lleva algunos a pensar que es «demasiado complejo y que no se puede hacer nada».
Recordando el tema de la conferencia, «Se puede hacer», el papa dijo que es un enfoque esperanzador «contra números que inexorablemente empeoran cada año».
«‘Se puede’ significa no aceptar pasivamente que las cosas no pueden cambiar», dijo.
El papa Francisco alentó a los participantes de la conferencia a buscar nuevas formas de «revertir el curso de este frío invierno demográfico».
«Las cosas pueden cambiar si nos comprometemos unos con otros sin miedo, yendo más allá de los intereses partidistas y las vallas ideológicas», dijo el papa. «Los datos, las previsiones, los números ya son de todos conocidos: necesitamos concreción. Es hora de dar respuestas verdaderas a las familias y a los jóvenes. La esperanza no puede ni debe morir esperando».