SAN DIEGO — La Parroquia de Cristo Rey, una comunidad profundamente arraigada en la justicia social y el apoyo a la educación, conmemora el legado de Maida Torres-Spanovik a través del programa de becas que lleva su nombre.
Desde su creación en 1991, este apoyo ha sido un pilar de esperanza y oportunidad para jóvenes de bajos recursos que sueñan con continuar sus estudios superiores. Este año, la ceremonia de entrega de becas se celebrará el domingo, 20 de octubre al finalizar la Misa de la 1:00 p.m., en un evento que no solo conmemora el impacto duradero de Torres-Spanovik, sino que también reafirma el compromiso de la parroquia de apoyar a los estudiantes en su camino académico.
Maida Torres-Spanovik, PhD, fue un miembro activo de la parroquia de San Diego durante muchos años antes de su fallecimiento en 2004. Fue profesora y Superintendente de Área en el Distrito Escolar de Sweetwater Union.
Su visión era clara, apoyar a jóvenes de esa parroquia que querían ir a la universidad pero que no tenían los recursos necesarios para hacerlo.
Esta iniciativa sigue siendo un faro de esperanza para muchos estudiantes, gracias a la dedicación y el compromiso de un equipo de trabajo encabezado por Olga Loya Estrada, actual coordinadora de la beca.
“Ha sido un proyecto increíble y ha tenido un gran impacto en la comunidad”, comentó Loya. “Hemos recibido solicitudes de jóvenes que en sus ensayos mencionan algo como: ‘Cuando era pequeña, vi a otros jóvenes recibir ayuda económica para sus estudios, y me propuse seguir su ejemplo. Aquí estoy, cumpliendo mi objetivo’”.
Torres-Spanovik donó los fondos para iniciar el programa. Desde su fallecimiento, sus familiares y amigos han continuado proporcionando fondos para continuar con esta labor, alrededor de $15,000 anualmente, dijo Loya. Algunos de ellos viajan anualmente desde Nuevo México para presentar las becas.
La parroquia administra el programa y organiza eventos para recaudar fondos para las becas, recaudando un promedio de $5,000 anualmente.
El monto total otorgado varía cada año, según la cantidad de dinero recaudado. Los solicitantes que asisten a una universidad de tiempo completo pueden recibir hasta $2,500, mientras que aquellos que asisten medio tiempo a un colegio comunitario pueden recibir $500. La coordinadora subrayó que todos los solicitantes calificados reciben una beca, añadiendo que espera que se otorguen entre 15 y 18 becas este año, igual que el año pasado.
Actualmente, los estudiantes interesados deben presentar una solicitud con su información básica, una prueba de inscripción en la universidad o colegio donde están matriculados, un ensayo formal que refleje sus objetivos académicos y planes futuros. También es indispensable que demuestren no solo su pertenencia a la parroquia, sino su participación en algún ministerio.
Montserrat Ramírez Gutiérrez, de 31 años, llegó a los Estados Unidos a los 8 años. “Como familia, enfrentamos muchas dificultades aquí. Para una persona que es Dreamer o indocumentada, no hay las mismas oportunidades para estudiar que para alguien que es ciudadano. Ingresé al colegio comunitario consciente de que no tenía el dinero suficiente para pagar la universidad”, recordó.
“Recibir esta beca fue un alivio enorme para mí y para mi familia. No solo cubría parte de mis costos educativos, sino que también me permitió concentrarme en mis estudios sin la preocupación de cómo iba a pagar el próximo semestre,” comentó Ramírez, quien durante 6 años recibió este apoyo, para finalmente graduarse de la carrera de Administración de Empresas de la Universidad Estatal de San Diego (SDSU).
Uno de los aspectos más destacados de la beca es su impacto en la vida de los estudiantes. Según Loya, muchos jóvenes beneficiarios regresan a la parroquia después de graduados para formar parte de algún ministerio. Tal es el caso de Ramírez: “Ahora yo soy la administradora de la parroquia entonces puedo ayudar de diferentes maneras en la cuestión de las becas”, comentó sobre el puesto que desempeña de manera formal desde hace dos años. “Trato de regresar un poco de lo que a mí me dieron”.
Todos los jóvenes que aplican para la beca reciben algún tipo de ayuda. El día de la entrega de becas es muy especial, los estudiantes se sientan juntos en un área reservada dentro del templo. Al final de la Misa se nombra a cada uno de ellos y se les entrega un cheque, la cantidad varía según lo recaudado ese año, la cantidad de solicitantes y los requisitos estipulados en la rúbrica.
Posteriormente, los estudiantes con sus familias son invitados a pasar al salón parroquial a un pequeño convivio con la familia de Torres-Spanovik. “Es una recepción bonita, pequeñita donde los jóvenes y las personas de su familia se sientan a comer y platicamos. Algunos de los jóvenes que anteriormente han recibido la beca dan su testimonio y un miembro de la familia de Maida habla sobre su legado”, comentó Loya.
Loya aspira a expandir el programa de becas a través de donaciones más grandes y así asegurar que continúe brindando apoyo significativo a los jóvenes de la parroquia.
“Me gustaría que existiera más apoyo de donantes, ya que nuestra parroquia es pequeña y la capacidad de recaudación de fondos está llegando a su límite. Este año organizamos una cena-baile, un evento en el que muchas familias que realmente apoyan nuestra causa estuvieron presentes, lo cual fue muy bonito y significativo para la comunidad. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos y el entusiasmo, no logramos recaudar una cantidad sustancial”, dijo. “La situación es especialmente preocupante ahora que la familia de Maida ha sufrido una pérdida, y nos enfrentamos al riesgo de no poder continuar con nuestras actividades si no conseguimos un apoyo financiero constante”.Quiero Donar
Para más información sobre cómo apoyar esta causa comunicarse con Olga Loya al (619) 994-7154 o loyaestrada@att.net. También se pueden hacer donativos a través de la liga: https://secure.myvanco.com/L-ZD03/campaign/C-147D1
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