SAN DIEGO —Una crisis humanitaria se está viviendo en las calles de los condados de San Diego e Imperial, desatada por recortes en el presupuesto y un incremento de migrantes que buscan asilo en la frontera.
Cumpliendo su misión de acoger y ayudar al forastero, como dice el Evangelio, Caridades Católicas de San Diego continúa respondiendo a esta emergencia.
Por más de tres años la organización ha ayudado a solicitantes de asilo que están legalmente en el país. Su personal los recibe cuando las autoridades migratorias los liberan; les proporcionan cama y alimento, y los ayudan a realizar el viaje que los llevará con sus familiares.
La organización se convirtió en el mayor proveedor de asistencia para solicitantes de asilo en el Sur de California, comentó su director, “Vino” Pajanor. La operación creció hasta incluir cuatro albergues en los condados de San Diego e Imperial, el más grande de ellos con una capacidad de 1 mil 100 camas.
En tan solo los últimos 28 meses, la organización ha ayudado a más de 252 mil migrantes de 131 países, una tercera parte de ellos familias con niños, dijo Pajanor.
Pero todo eso ha cambiado.
El financiamiento para operar los albergues ha sido drásticamente reducido por el gobierno federal. El estado de California, quien apoyaba los albergues, se enfrenta a un déficit presupuestario después de varios años de superávit.
Al mismo tiempo, las autoridades migratorias han visto un aumento en migrantes que solicitan asilo en la frontera. Las autoridades de migración comenzaron a liberar a cientos de solicitantes de asilo diariamente en las calles de los condados de San Diego e Imperial, en lugar de llevarlos a albergues, puesto que ya no podían recibirlos ahí debido a los recortes presupuestarios.
Los solicitantes de asilo son dejados cerca de centros de tránsito en ciudades como San Diego, Oceanside y Escondido. La mayoría de ellos solo llevan lo que traen puesto y no hablan inglés. Las autoridades del condado y la ciudad temen que se unan a los miles de personas que ya viven en la calle.
Ahora Caridades Católicas se tendrá que enfocar en atender a los más vulnerables, como son mujeres con niños, ancianos y discapacitados. La agencia ha cerrado dos de sus albergues, dejando únicamente uno en Holtville, con 300 camas disponibles y uno en San Diego con 550 camas.
La organización se está coordinando con el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos para recibir a los solicitantes de asilo más vulnerables en caso de haber un aumento de inmigrantes. De lo contrario, la agencia recibirá a cualquier otro solicitante de asilo que necesite ayuda para conectarse con su familia en alguna otra parte del país, hasta alcanzar su máxima capacidad.
“No es correcto que tengamos camas disponibles y que estén dejando a los migrantes en las calles”, dijo Pajanor.
Como respuesta a los encabezados sensacionalistas, el presidente de Caridades Católicas desea que la comunidad entienda lo siguiente:
“Todos los que están bajo nuestro cuidado han sido liberados por el Departamento de Seguridad de los Estados Unidos, son individuos documentados”, dijo. “Son inmigrantes que están legalmente en el país”.
Agregó que estas personas cruzaron la frontera y se entregaron a las autoridades de migración. Después de procesarlos, las autoridades decidieron que cumplían con los requisitos para solicitar asilo. Les dieron a los inmigrantes un aviso para comparecer ante el tribunal de inmigración y los liberaron bajo el cuidado de Caridades Católicas. La mayoría de ellos dejan el albergue dentro de 36 horas, para encontrarse con sus seres queridos y continuar con su proceso de asilo.
¿Cómo Puedo Ayudar?
Caridades Católicas busca voluntarios, donaciones de ropa y zapatos en buen estado, así como aportaciones económicas para poder seguir brindando ayuda a los solicitantes de asilo. Los interesados pueden comunicarse al (619) 323-2841 o en el sitio ccdsd.org.
