SAN DIEGO — Hace más de 20 años Gilberto y Luz Aldape vivieron una dolorosa experiencia que les cambió la vida; Luz tenía seis meses de embarazo cuando perdió a Cynthia, su primera bebita.
Dos años después Luz se encontró de nuevo embarazada, los doctores le dijeron que debido a su historial, las probabilidades de que este bebé se logrará eran muy bajas y le sugirieron terminar con el embarazo. El matrimonio se negó.
“Nos acercamos a la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe en Barrio Logan y le rogamos a la Virgen que intercediera por la salud de nuestra hija”, dijo Luz.
“Ahí nos dimos cuenta que éramos pro-vida, porque a pesar de que nuestra fe no estaba tan fuerte no quisimos acabar con la vida de nuestra bebita”.
A los pocos meses, Julia nació perfectamente bien.
Esta experiencia junto con el agradecimiento que sentían por el apoyo que recibieron, los llevó a buscar maneras de ayudar al prójimo. “Empezamos a tomar clases de matrimonio y vida familiar, nos fuimos inclinando por el respeto a la vida y comenzamos a participar en retiros como los de la Esperanza de Raquel. Así surgió el amor y respeto por los no nacidos y la necesidad de ayudar principalmente a las mujeres, que son quienes viven las consecuencias de un embarazo”, señaló Gilberto.
Desde hace poco más de un año, Gilberto y Luz son Coordinadores del Grupo Familiar Nuevo Nazareth Cultura de la Vida en la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe. El grupo, como lo dice su nombre, es sobre el respeto a la vida, pero con enfoque para toda la familia. Julia, quien ahora tiene 21 años, también está muy involucrada en este apostolado.
Los 40 días por la Vida, el Santo Rosario por la Vida, la Caminata por la Vida y los baby showers comunitarios para apoyar a las madres embarazadas, son algunas de las actividades que realizan. Participarán una vez más en la Caminata por La Vida que organiza la diócesis para el 13 de enero en Waterfront Park.
El año pasado la pareja decidió continuar con su preparación al inscribirse a la Certificación Tessera que ofrece la Oficina para el Ministerio de Evangelización y Catequesis de la Diócesis de San Diego.
Esta certificación marca un nivel intermedio del ministerio catequético, que es la entrada a un mayor liderazgo y requiere un componente importante de formación. Como parte de la certificación el matrimonio Aldape ha tenido que tomar 90 horas de cursos y 30 horas de práctica.
“La Tessera sirve como un programa de ‘certificación avanzada’ dirigido a cualquier persona que desee crecer en su conocimiento de la fe”, dijo María Olivia Galván, directora de la Oficina diocesana de Evangelización y Catequesis.
“Decidimos certificarnos para conocer más sobre lo que es ser pro-vida y poder llevar esa información a más lugares. Ser pro-vida no es solamente en el vientre de mamá, es respetar la vida siempre, es también tener una muerte digna”, dijo Luz. “Queremos saber más para poder ayudar más”.
“Ser coordinadores es una responsabilidad muy grande y un compromiso muy grande, lo queremos llevar a cabo como debe de ser”, agregó.
“Tessera nos ha servido para entender que la cultura de la vida no es solamente apoyar a la mujer sino entender al ser humano, entender el amor de Dios a través desde la concepción”, comentó Gilberto.
“La certificación nos da una mayor credibilidad, indica que somos personas que nos hemos preparado y que no somos nosotros los que estamos hablando, sino que la Iglesia está hablando a través de nosotros”, agregó.
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