SAN DIEGO– La Diócesis Católica está haciendo grandes cambios en el Rito de Elección y la Llamada a la Conversión Continua para cumplir con los protocolos de seguridad del COVID-19.
La liturgia diocesana anual, a la cual típicamente acuden más de 3 mil 200 personas, es donde el Obispo da la bienvenida a cientos de catecúmenos y candidatos de parroquias locales y confirma su preparación para recibir los sacramentos de iniciación en la próxima Vigilia Pascual.
«Aunque es tiempo de pandemia y las cosas están difíciles, todavía estamos atesorando y celebrando esta ocasión trascendental en la vida de nuestra Iglesia», comentó la Canciller Diocesana Marioly Galván, cuyas responsabilidades incluyen la supervisión de los programas de evangelización y catequesis.
Este año, en lugar de una reunión masiva, la diócesis celebrará tres ceremonias más pequeñas. Las Liturgias se llevarán a cabo el 20 y 21 de febrero en la Parroquia del Buen Pastor en Mira Mesa.
Las tres liturgias serán celebradas en el exterior, con los asistentes portando cubrebocas y manteniendo el distanciamiento social, y también serán transmitidas en vivo. Por razones de salud y seguridad, no habrá fotos de grupo con los obispos ni antes ni después de las liturgias.
Un total de 256 catecúmenos (aquellos que no han sido bautizados) y 401 candidatos (aquellos que han sido bautizados pero que se están preparando para entrar en comunión completa con la Iglesia Católica) de 51 parroquias de las 97 de la diócesis estarán participando en las tres celebraciones. Los acompañarán 566 patrocinadores y 208 miembros del equipo parroquial.
El año pasado el Rito de Elección se realizó el 1 de marzo en el centro de convenciones Town and Country en Mission Valley. El evento se llevó a cabo dos semanas antes de que la Diócesis de San Diego anunciara la suspensión de todas las liturgias públicas y que el Gobernador de California Gavin Newsom emitiera la orden de quédate en casa para controlar la propagación del COVID-19.
El Rito de Elección y la Llamada a la Conversión Continua representan un hito para los catecúmenos y candidatos de la diócesis. Está precedido por casi un año de clases semanales del Rito de Iniciación Cristiana de Adultos (RICA) en parroquias individuales.
Galván comentó que “viajar juntos” como clase es un aspecto importante del proceso, y elogió a las parroquias por encontrar maneras de garantizar un fructífero periodo de estudio y preparación espiritual en medio de los desafíos del COVID-19.
“Hemos tenido que encontrar formas creativas de continuar con la misión y de ser esos faros de luz en estos momentos de oscuridad”, comentó Galván, y agregó que muchas parroquias hicieron la transición exclusivamente a reuniones virtuales o adoptaron un modelo híbrido con reuniones virtuales así como presenciales.
Christian Ávila, un candidato de 24 años de edad de la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe en Barrio Logan, ha querido recibir la comunión desde su juventud.
“Pero siempre lo dejaba pasar”, dijo refiriéndose a tomar la preparación sacramental requerida.
Los juegos de fútbol de fin de semana y los videos que graba para su canal de YouTube habían sido demasiado tentadores para él. Pero, después de comprometerse a poner a Dios en primer lugar, se inscribió a RICA.
Aunque le preocupaba comenzar el proceso durante la pandemia, recordó: “Hay algo que me dijo: ‘Hazlo, todo va a estar bien’”.
Y así fue, aún cuando la pandemia significó que sus clases semanales se fueran de presenciales a virtuales, un modelo híbrido que incluye sesiones en Zoom seguidas de asistencia a una Misa presencial. Hasta realizaron proyectos de servicio en octubre y noviembre, conducidos con cubrebocas y distanciamiento social.
“Ha sido un reto, sin duda, pero me tuve que adaptar”, comentó.
Cinthia, hermana de 21 años de edad de Ávila, también es candidata este año. Cinthia, quien recibió su Primera Comunión hace seis años y quien realizará su Confirmación esta Pascua, no vio razón de posponer su ingreso a RICA debido a la pandemia.
“Independientemente de si fue en un videochat o en persona, el mensaje llegó perfectamente”, aseguró. Los hermanos crecieron en una familia dividida entre católicos y Testigos de Jehová, y han tenido experiencia en ambas tradiciones de fe.
Cinthia recuerda haber asistido a Misas católicas con uno de sus abuelos y a servicios de Testigos de Jehová con el otro. Su abuelo católico falleció en 2011.
“Finalmente podré lograr la promesa que me hice a mí misma cuando falleció mi abuelo”, comentó, refiriéndose a completar los sacramentos de iniciación esta Pascua.
Galván encuentra inspiración en catecúmenos y candidatos quienes, en su afán por entrar a la Iglesia Católica, permanecieron comprometidos con el proceso de RICA durante este difícil año.
“Solamente comprueba que (cuando) Dios te habla….ninguna pandemia te va a detener”, señaló.
“Tener a todas estas personas entrando en nuestra Iglesia en un momento de pandemia… es un atestiguamiento tan grande y es tan inspirador», dijo, «porque se puede ver evidentemente, de una manera tan tangible, la obra del Espíritu Santo».