Millones de personas alrededor del mundo han expresado su solidaridad con la gente de Ucrania tras la invasión rusa a finales de febrero.
Pero para la comunidad sandieguina de San Juan Bautista Iglesia Católica Ucraniana la invasión los afecta de manera personal.
La hermana del párroco, Padre Yurii Sas, huyó de Ucrania a República Checa para escapar de la guerra; mientras que, parientes cercanos de varios feligreses han encontrado refugio en Polonia, Italia y Rumania. El hijo de uno de los feligreses, quien forma parte de la milicia ucraniana, fue tomado como prisionero por las fuerzas rusas. El tabernáculo en el altar de la Catedral de la Resurrección de Cristo, en la capital ucraniana sitiada, Kiev, tiene una placa que lo identifica como un regalo de la parroquia de San Juan Bautista.
“Aun no puedo creer que esto haya ocurrido”, comentó el Padre Sas al reflexionar sobre la “horrible” situación en Ucrania.
Luke Miller, cuyos abuelos maternos huyeron de la Ucrania ocupada por soviéticos y fueron miembros fundadores de la parroquia San Juan Bautista, describió las atrocidades recientes como “actos de terrorismo” desatados contra “objetivos no militares principalmente inocentes”.
“Es muy difícil ver esto desde aquí y no poder hacer mucho al respecto”, dijo Miller, de 36 años, quien se ha mantenido en contacto con algunos familiares en Ucrania por medio de Facebook Messenger.
Aun así, la parroquia ha estado haciendo lo que está dentro de sus posibilidades.
Miller comentó que su parroquia ha recolectado ropa, cobijas, comida de bebé, suministros médicos y equipo militar no letal como cascos y chalecos antibalas para enviar a Ucrania. También ha recaudado fondos para los capellanes militares ucranianos que están distribuyendo suministros entre las tropas y en los centros de refugiados en Polonia.
Además de ayudar a los ucranianos en el extranjero, la parroquia también se está preparando para la ola de refugiados que se espera llegue a los Estados Unidos, agregó. Ya hemos comenzado a hacer un listado de los feligreses que tienen habitaciones adicionales disponibles para albergar a las familias de refugiados.
Tanto el Padre Sas y Miller se encuentran muy agradecidos del apoyo que la gente alrededor del mundo, y en la comunidad local, han tenido para Ucrania.
“Todos apoyan a Ucrania porque pueden ver dónde está el mal”, señaló el Padre Sas.
Miller dijo que la gran cantidad de apoyo en San Diego ha sido «abrumador», con muchas personas prometiendo oraciones o preguntando qué ayuda material pueden brindar.
El monseñor Dennis Mikulanis, vicario diocesano para asuntos ecuménicos e interreligiosos, dijo que “ahora es más importante que nunca que nos solidaricemos con nuestros hermanos Católicos ucranianos, y hacerles saber nuestras oraciones, preocupación y apoyo, no solo para los que están en Ucrania sino especialmente para los que están aquí en San Diego”.
“No podemos simplemente quedarnos de brazos cruzados y observar”, agregó. “Así como Jesús no podía llevar el peso de su propia cruz por sí mismo y necesitó de la ayuda de Simón de Cirene, ahora tenemos que ser Simón para ayudar a nuestros hermanos ucranianos a llevar su cruz”.
El obispo Robert McElroy visitó la parroquia el 6 de marzo y predicó su homilía dominical, que actualmente se celebra a las 10:30 a. m. en la capilla de St. Agustín.
La parroquia San Juan Bautista no es parte de la Diócesis Católica Romana de San Diego. Más bien, es una de varias parroquias Católicas de rito oriental en el área de San Diego, cada una de las cuales responde a sus propios obispos y siguen sus propias tradiciones litúrgicas, mientras permanecen en plena comunión con el Papa. Específicamente, es parte de la Iglesia Católica Griega Ucraniana, que tiene su sede en Kiev, y su diócesis tiene su sede en Chicago.
Fundada el 13 de marzo de 1960, la parroquia está compuesta actualmente por unas 50 familias.
Miller dijo que esos feligreses representan “una mezcla saludable” de personas que nacieron en los Estados Unidos y se criaron en la tradición Católica ucraniana, así como inmigrantes recientes de Ucrania.
La parroquia tiene planeado comenzar la construcción de una nueva iglesia este otoño y espera estar adorando dentro de esa iglesia para la Pascua de 2023, aseguró Miller, quien preside el comité de construcción de la parroquia.
La iglesia y el salón parroquial, que medirán 4 mil 200 pies cuadrados en total, estarán ubicados en 9308 Carlton Oaks Drive en Santee. La nueva ubicación proporcionará a la comunidad el espacio que tanto necesita para cuando llegue la afluencia esperada de refugiados ucranianos.
“Además de ser una iglesia, hay una crisis humanitaria y debemos estar ahí para estas personas”, dijo Miller.
Para Miller es «algo providencial» que la nueva iglesia y los refugiados estén aquí al mismo tiempo.
“Estaremos preparados cuando vengan”, aseguró, “y habrá un hogar para ellos”.