SAN DIEGO – La comunidad católica ha mostrado un crecimiento, es por eso que este año la liturgia masiva que anualmente reúne a cerca de 3 mil 500 personas se mudará a un nuevo lugar.
El Rito de Elección y Llamado a una Conversión Contínua, la ceremonia diocesana que representa un paso importante en el proceso de hacerse católico, se celebrará el domingo, 1 de marzo en el centro de convenciones Town and Country en Mission Valley. Durante años, el evento se había realizado en el centro de San Diego en el Golden Hall.
“Decidimos cambiarlo a un lugar más amplio que cubra mejor nuestras necesidades y las de nuestra creciente comunidad”, explicó la Canciller Diocesana María Olivia Galván.
Se espera que asistan alrededor de 1 mil catecúmenos (quienes nunca han sido bautizados) y candidatos (quienes han sido bautizados pero no han sido iniciados completamente) de unas 75 comunidades de fe católica, incluidas parroquias, ministerios universitarios y comunidades militares. Estarán acompañados por sus padrinos y patrocinadores, así como por miembros de RICA (Rito de Iniciación Cristiana para Adultos) y otros invitados, totalizando un aproximado de 3 mil 500 personas.
Durante este rito los catecúmenos y candidatos son presentados al Obispo Robert W. McElroy, quien les pregunta si han sido preparados para entrar a la Iglesia. Tras recibir una respuesta afirmativa de sus padrinos y patrocinadores, el Obispo declara a los catecúmenos “miembros de los elegidos para iniciarse en los sagrados misterios”, e insta a los candidatos a “escuchar el llamado del Señor a la conversión y ser fieles a su pacto bautismal”.
Los elegidos serán bautizados, y tanto los elegidos como los candidatos recibirán su Primera Comunión y el sacramento de la Confirmación en sus parroquias durante la Misa de Vigilia de Pascua.
Galván dijo que este rito es “uno de esos momentos que la Iglesia espera con ansias” año con año. A pesar de los desafíos que la Iglesia y el mundo enfrentan hoy en día, comentó, que el número de catecúmenos y candidatos demuestra que la esperanza “está viva”.
Para Galván uno de los momentos más emotivos de la liturgia es cuando los catecúmenos y los candidatos se ponen de pie cuando se menciona el nombre de su parroquia.
La gran escala del evento muestra a los catecúmenos y candidatos, que han experimentado la vida parroquial pero que aún no comprenden el tamaño y el alcance de una diócesis, que son parte de algo mucho más grande que ellos mismos.
La pura imagen de unas mil personas que pronto serán católicos parados frente al Obispo en el auditorio también es inspirador para muchos miembros actuales de la Iglesia que se encuentran presentes, señaló Galván.
“Ver eso te llena de alegría el corazón”, dijo, al mismo tiempo que señaló que los catecúmenos y los candidatos representan un grupo diverso que van desde pequeños niños hasta ancianos.
“Me da gusto que estén encontrando un hogar en la Iglesia Católica”.