SAN DIEGO – Tres arzobispos y nueve obispos representando por lo menos a 13 millones de católicos desde Sacramento hasta Ensenada han resucitado su amistad “Alta-Baja”, abriendo la puerta para una posible colaboración en el futuro.
Los arzobispos, Mons. José Gómez, de Los Ángeles, y Mons. Francisco Moreno Barrón, de Tijuana, trabajaron con sus respectivas organizaciones episcopales por más de un año para concretar la reunión entre sus colegas de ambos lados de la frontera. Esos esfuerzos dieron fruto al Encuentro de los Obispos de Alta y Baja California el 30 de octubre.
La Conferencia de Obispos Católicos de California organizó a los partícipes del norte de la frontera, que incluyeron a Mons. Salvatore Cordileone, arzobispo de San Francisco, y a otros siete obispos. El presidente de la Conferencia, Mons. Jaime Soto, obispo de Sacramento, dirigió el encuentro, y el vicepresidente, Mons. Robert McElroy, obispo de San Diego, fue el anfitrión de la reunión realizada en la Diócesis de San Diego.
La Arquidiócesis de Tijuana coordinó la participación del arzobispo jubilado de la localidad además de los obispos de Ensenada y Mexicali.
La meta de la junta fue estimular un diálogo entre los obispos de ambos lados de la frontera California-México. Platicaron francamente por seis horas, tomando turnos intercambiando información y contestando preguntas. Compartieron sus experiencias alrededor de temas de interés común, comola inmigración, el Tratado de Libre Comercio y Laudato Si, el llamado del Papa Francisco para proteger el medio ambiente.
Sobre la inmigración, los californianos describieron cómo las acciones ejecutivas del Gobierno de Trump habían sembrado temor en sus diócesis a medida que han incrementado las deportaciones.
Por su parte, los bajacalifornianos hablaron de la dura situación que los deportados enfrentan en las comunidades donde llegan y la falta de recursos para apoyarlos.
Al final del encuentro, los obispos se comprometieron a reunirse el próximo octubre, esta vez en Baja California, para continuar su diálogo.
“Esta fue la resurrección de Alta-Baja”, aseguró el arzobispo Gómez, refiriéndose al nombre del grupo de obispos de ambos lados de la frontera California-México que se había reunido de forma regular hasta el principio de la década del 2000.
El arzobispo Gómez dijo que cuando el Papa Francisco visitó a México el año pasado instó a los obispos del país a reanudar su colaboración con sus homólogos de Estados Unidos, dado que tantos hispanos católicos viven al norte de la frontera.
“Creo que es importante encontrar nuevas formas de ayudar a nuestra gente a desarrollar su espiritualidad y su espíritu misionero”, dijo el arzobispo Gómez, quien nació y estudió en Monterrey y luego emigró a los Estados Unidos.
Él sirvió en varios cargos de liderazgo dentro de la Iglesia, especialmente en apoyo de los hispanos en Texas y Colorado. Hoy en día, además de servir a los 4.3 millones de católicos en la zona metropolitana de Los Ángeles, el Arzobispo es vicepresidente de la Conferencia de Obispos Católicosde los Estados Unidos, el primer latino en asumir ese puesto.
El arzobispo Moreno Barrón habló del significado de la junta.
“Más que lo que intercambiamos en palabras, fueron los gestos, las actitudes, de uno con otro lo que se tejió en esta reunión. Fue una reunión de fe. No nos conocíamos, pero nos vimos como hermanos en el episcopado.”
Contó que recientemente había asistido a una reunión de un grupo de obispos de la frontera Texas-México, conocido sencillamente como “Tex-Mex”. Manifestó la esperanza que un miembro de esa organización pueda unirse a la próxima junta del Alta-Baja.
El arzobispo Gómez participó en Tex-Mex por cinco años cuando sirvió en San Antonio. Él conoce los beneficios y retos de trabajar en proyectos transfronterizos. Aseguró que la gente de ambos lados de la frontera es muy fiel a la Iglesia y que comparte raíces culturales. “Es importante aprenderel uno del otro y trabajar juntos”.
Los participantes de California incluyeron a los Monseñores Michael Barber (Oakland), Gerald Barnes (San Bernardino), Richard García (Monterey) Armando Ochoa (Fresno) y Obispos Auxiliares Alexander Salazar (Los Ángeles) and John Dolan (San Diego).
De Baja California, Mons. José Isidro Guerrero Macías (Mexicali) y Rafael Valdéz Torres (Ensenada) participaron, además del Arzobispo Emérito de Tijuana, Rafael Romo Muñoz.