SAN DIEGO — “Vengan a experimentar un poco del Reino de Dios aquí en la tierra”.
Es así como Narciso Guzmán nos invita a asistir a la Misa de Pentecostés Para Todas las Personas.
La diócesis albergará la quinta edición de esta misa el 4 de junio. La ceremonia que se realiza de manera anual será celebrada por el obispo Robert McElroy, acompañado de los obispos auxiliares y más de dos docenas de sacerdotes.
Todos somos invitados a este evento que reúne a más de 25 comunidades culturales a compartir su fe católica en una alegre fiesta llena de color, idiomas y tradiciones.
Después de la Misa habrá un festival cultural gratuito con platillos tradicionales y entretenimiento.
Este año la Misa regresa a Cathedral Catholic High School, donde se realizó en 2019 con una asistencia de más de 2 mil feligreses.
“Este es un evento que marco en mi calendario”, dijo Guzmán, líder de la Comisión Hispana de la Diócesis desde hace mucho tiempo y quien ha participado en cada una de estas Misas. “No es uno de esos eventos al que asistes una vez y después te olvidas”.
En medio del horror de la guerra en Ucrania y otras partes del mundo, la celebración de este año promoverá la paz entre las culturas.
“¿Cómo podemos traer la paz al mundo como pueblo de Dios?”, preguntó el padre Michael Pham.
El sacerdote dirige la Oficina para Comunidades Étnicas e Interculturales de la Diócesis, la cual comenzó este evento hace cinco años para celebrar Pentecostés, “cuando el Espíritu Santo reunió a personas de todos los idiomas y tradiciones como uno mismo”.
Ese primer año las comunidades participantes incluían a chinos, africanos, afroamericanos, filipinos, alemanes, hispanos, indios, indonesios, irlandeses, italianos, coreanos, laosianos, nativos americanos, samoanos, tonganos y vietnamitas, muchos vestían sus trajes tradicionales. Desde entonces la participación ha ido creciendo gradualmente.
La Misa comienza con una procesión de las comunidades culturales, cada una representada por un colorido estandarte. La liturgia integra tradiciones de fe y música de muchas culturas y proclama las lecturas en varios idiomas.
Los organizadores de la Misa y varios líderes culturales recientemente reflexionaron sobre el impacto que el evento ha tenido en ellos mismos, en sus comunidades y en la diócesis.
Charlotte Fajardo, coordinadora del evento, recordó sus comienzos en 2018. Comentó que se pidió a los líderes de comunidades culturales a trabajar juntos para presentar el evento masivo. Muchos de los líderes estaban acostumbrados a trabajar solamente con su propia comunidad y fue un reto trabajar fuera de ellas.
En las primeras reuniones se sentaban junto a miembros de su propia comunidad, interactuando muy poco con miembros de otras comunidades. Sin embargo, las exigencias del evento los obligó a trabajar en equipo, incluso mientras luchaban por aprender los nombres de sus nuevos compañeros en un idioma que no era el suyo.
La primera Misa de Pentecostés llenó la Parroquia de El Buen Pastor, superando las expectativas de los organizadores.
Al siguiente año el evento se cambió al gimnasio de Cathedral Catholic High School, debido a que contaban con más espacio. En esta ocasión asistieron más de 2 mil 300 feligreses.
Para entonces los líderes culturales ya habían estado trabajando de la mano durante un par de años. Eran testigos del poder de unir fuerzas y compartir culturas.
Entonces llegó el COVID-19 y no se permitía la adoración pública. Sin embargo, los líderes insistieron que la Misa de Pentecostés se siguiera llevando a cabo. Fue transmitida en vivo desde la capilla del Centro Pastoral el 31 de mayo de 2020, los líderes participaron a través de Zoom.
El padre Pham comentó que estas comunidades de fe se han hecho más fuertes y que están cada vez más dispuestas a trabajar en eventos de otras culturas.
“Podemos unirnos como pueblo de Dios, con una sola fe en Cristo, sin separarnos por color de piel o idioma, para construir el Reino de Dios aquí en la tierra”, dijo.
“Ese es un testimonio del trabajo que venimos realizando durante los últimos cinco años. Las personas están contentas de reunirse. Juntar a personas de diferentes culturas es una misión que Dios nos encomendó”.