CIUDAD DE MÉXICO — Ante la creciente violencia en el país, y a pocos días del asesinato de dos sacerdotes jesuitas a manos del crimen organizado en Chihuahua, la Iglesia Católica alentó a unirse en una “Jornada de Oración por la Paz” durante julio.
Al mismo tiempo, la Embajada de Estados Unidos en México emitió una advertencia a los que planean viajar sur de la frontera, particularmente en Baja California.
“Existe el potencial de enfrentamientos entre organizaciones criminales y fuerzas de seguridad mexicanas en Tijuana y Rosarito, tras la detención el 2 de julio de un jefe de cartel. Ciudadanos americanos deberán esperar una mayor presencia policiaca en esas zonas. Asesinatos y conflictos sobre territorio pueden resultar en la muerte o lesiones de miembros del público”, según la advertencia.
En un comunicado, la Conferencia del Episcopado Mexicano, la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos de México y la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús señalaron que “los asesinatos y desapariciones que diariamente se cometen en el país son un llamado de Dios a unirse para pedir por la paz”, según noticias del Vaticano.
Los representantes de la Iglesia Católica pidieron que “en todas las misas a celebrarse este domingo 10 de julio se haga “memoria de todos los sacerdotes, religiosos y religiosas que han sido asesinados en el país”.
Además, exhortaron a “ofrecer la intención de la eucaristía por su vida, para que su dolor los acompañe en este camino por la paz”.
La segunda acción que pidieron es que se celebren misas o se realicen oraciones comunitarias en lugares significativos que representen a todas las personas que han desaparecido o sufrido una muerte violenta, sean homicidios dolosos, feminicidios, activistas sociales o cualquier otra persona en situación de exclusión o vulnerabilidad.
Como tercera acción, animaron a que “como signo profético de nuestra Iglesia”, en las eucaristías del día 31 de julio se pida “por los victimarios», se ore por sus vidas y por la conversión de sus corazones.
“Tendamos la mano para recibirlos con el corazón arrepentido a la casa de Dios. Ellos también son nuestros hermanos y necesitan de nuestra oración. No más violencia en nuestro país», exhortan.
Finalmente, proponen que cada diócesis, congregación religiosa y parroquia defina las acciones a emprender “para abonar este camino para la paz, como son horas santas, procesiones por la paz, mensajes al pueblo de Dios”, y alientan a “difundir sus acciones en las redes sociales”.
Dos sacerdotes jesuitas fueron asesinados en Chihuahua mientras refugiaban a una persona perseguida por un hombre armado.
Los padres jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar murieron defendiendo su parroquia en la comunidad de Cerocahui en las Barrancas del Cobre, que atiende a la población indígena tarahumara.
Los sacerdotes habían abierto la parroquia a una persona no identificada el 20 de junio, según los jesuitas, pero un individuo armado entró y mató a esa persona junto con los padres Campos y Mora.