Por David Angen
CIUDAD DE MÉXICO — Los obispos de México han expresado su consternación por la decisión de la Corte Suprema de declarar leyes «inconstitucionales» que prohíben el uso de marihuana recreativa.
En el comunicado, «Estén preparados», firmado por el arzobispo Domingo Díaz Martínez de Tulancingo, presidente de la comisión de salud, los obispos dijeron: «Vemos con gran pena y preocupación, que las posibles complicaciones del abuso indiscriminado sin consecuencia de esta substancia traerá: depresión, aumento de la ansiedad, aumento en la tasa de suicidios, pérdida de la memoria, desintegración social y lo más grave, la destrucción de la familia».
Continuó: «Quienes vivimos con el pueblo prevemos con esta decisión más pobreza, más problemas familiares, más violencia, más dolor y más impunidad».
El comunicado también instó a padres, jóvenes, catequistas y pastores de jóvenes a «trabajar por sembrar los valores del Reino en las nuevas generaciones, para no tener que lamentar después».
En un fallo de 8 a 3 el 28 de junio, la Corte Suprema de México derogó partes de la ley general de salud relacionadas con la marihuana para que las personas pudieran cultivar y consumir cannabis de forma recreativa. Anteriormente, las personas podían pedir órdenes judiciales para poder hacerlo, pero ahora la secretaría de salud emitirá permisos para tales fines.
La compra y venta de marihuana todavía es prohibida. El tribunal ordenó al Congreso que cree un marco legal para el cannabis, pero los legisladores han pedido múltiples extensiones.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha expresado su malestar por la despenalización de la marihuana – calificando de «inmoral» su comercialización – y diciendo el 29 de junio: «Si vemos que en lugar de ayudar duele, entonces proponemos un cambio. Yo enviaría, en de acuerdo con mis poderes, una iniciativa de la ley».
La violencia de los carteles de la droga ha consumido a México durante los últimos 15 años mientras los grupos criminales luchan por las rutas de contrabando y el control de los territorios. Algunos en la Iglesia expresan dudas de que la despenalización de la marihuana disminuya la violencia de los carteles de drogas.
El obispo Salvador Rangel de Chilpancingo-Chilapa, cuya diócesis incluye comunidades empobrecidas con una larga historia de cultivo ilegal, dice que los precios de la marihuana y la amapola de opio se desplomaron en los últimos años debido a la legalización de la marihuana en algunos estados de Estados Unidos y a drogas sintéticas como el fentanilo que reemplazan heroína.
Los cárteles están comprando menos cultivos, dijo, causando dificultades a los agricultores pobres.
«El negocio ahora para los cárteles de la droga es extorsionar las minas que tenemos en Guerrero y extorsionar los presupuestos de los gobiernos municipales», dijo el obispo Rangel, quien expresó su apoyo a la postura de la Iglesia contra la despenalización de la marihuana.