CIUDAD DEL VATICANO — El papa Francisco consagrará Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María durante un servicio de oración penitencial en la Basílica de San Pedro el 25 de marzo.
Ese mismo día, el cardenal Konrad Krajewski, el limosnero papal, llevará a cabo una consagración similar en el Santuario de Nuestra Señora de Fátima en Portugal -dijo el Vaticano.
Según la traducción del Vaticano de los mensajes de Fátima, cuando María se apareció a los tres niños pastores en Fátima en 1917, les dijo: «Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi corazón inmaculado. Si se hace lo que les digo, se salvarán muchas almas y habrá paz».
Advirtiendo de «la guerra, el hambre y las persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre», María les dijo a los niños: «para evitarlo, vendré a pedir la consagración de Rusia a mi inmaculado corazón».
El arzobispo Sviatoslav Shevchuk de Kyiv-Halych, jefe de la Iglesia católica ucraniana de rito oriental, dijo el 16 de marzo: «Los católicos ucranianos han estado pidiendo este acto desde el comienzo de la agresión rusa en 2014 (en Crimea y el este de Ucrania) como una necesidad urgente para evitar el recrudecimiento de la guerra y los peligros provenientes de Rusia».
«Con la invasión de Rusia a gran escala», a finales de febrero, dijo, «las oraciones para hacer esto llegaron de todas partes del mundo de nuestros fieles».
Los obispos de rito latino del país publicaron su llamamiento al papa Francisco el 2 de marzo, diciéndole que todos sus sacerdotes, religiosos y laicos le pedían que «consagrara nuestra patria y Rusia al Inmaculado Corazón de María».
Algunos grupos han seguido argumentando que el deseo de María nunca se cumplió o que no se hizo correctamente porque el papa consagró el mundo y no «Rusia». El Vaticano, sin embargo, ha insistido en que san Juan Pablo II lo hizo en 1984 cuando dirigió a los obispos del mundo en la consagración de Rusia y del mundo. La difunta Sor Lucía dos Santos, la última de los videntes en fallecer y la que recibió las instrucciones para la consagración, había dicho que ésta se realizó correctamente.
En sus rezos dominicales del Ángelus desde que Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero, la gente se ha presentado en la Plaza de San Pedro con carteles pidiendo al papa la consagración de Rusia o de Rusia y Ucrania a María.
El mensaje de Fátima prometía: «Si se atienden mis peticiones, Rusia se convertirá y habrá paz; si no, propagará sus errores por todo el mundo, provocando guerras y persecuciones a la Iglesia. Los buenos serán martirizados; el Santo Padre tendrá mucho que sufrir; varias naciones serán aniquiladas».
Pero, el mensaje continuaba: «Al final, mi Corazón Inmaculado triunfará. El Santo Padre consagrará Rusia a mí, y se convertirá, y se concederá al mundo un período de paz».