Por Padre Bernardo Lara
ROMA —Uno de mis profesores, el Padre Francesco Occhetta SJ, publicó en su blog una reflexión sobre la Pascua que me pareció interesante. Fueron varias las ideas que me llamaron la atención, pero por ahora nos limitaremos a platicar sobre dos puntos: La idea de resurgir y la del tiempo.
El profesor comenzó su reflexión platicando sobre el “resurgir”. Francamente nunca había conectado esa palabra con la Resurrección, pero tiene mucho sentido. El profesor comenzaba por separar la palabra: re-surgir. Dicho de otro modo, es volver a aparecer, volver a manifestarse.
El Padre Occhetta nos cuenta que el resurgir “es una ley inscrita en la creación: todo lo transitorio nace en su más allá, del mismo modo en que la noche da paso al día […] y lo oscuro (interior) da paso a la luz. Quien resucita en vida lo hace después de pasar por la muerte”.
Volver a surgir indica estar en cierta condición, pasar por un tipo de muerte (pandemia, desempleo, enfermedad, dudas, falta de oración, entre otras cosas), y volver a levantarse. Si hay una palabra que nos pueda servir como inspiración en este 2021, después de los eventos caóticos que venimos viviendo a causa del COVID-19, es precisamente resurgir.
Cada año celebramos la Pascua, la Resurrección de Cristo, pero ahora necesitamos resurgir. Necesitamos recordar que alguna vez estábamos de pie, que el COVID nos sentó, y que ahora debemos volver a levantarnos.
Y hay que entender que volver a levantarnos para seguir igual no debería ser opción. No estamos saliendo de la pandemia para regresar a los malos hábitos, ni para hacernos sordos ante el grito de ayuda del prójimo. Tampoco estamos saliendo de la pandemia para no reconocer la misericordia de Dios.
El resurgir como antes de la pandemia, para ser los mismos de siempre, conlleva que no aprendimos nada. El resurgir para seguir por el mismo camino nos dice que los sufrimientos y sacrificios causados a nivel personal y como sociedad fueron en vano, desperdiciados. Hicimos dieta para regresar al sobrepeso, ahorré dinero para tirarlo a la basura.
El segundo punto a considerar de la reflexión del Padre Occhetta es la cuestión del tiempo. Nos dice: “la Resurrección no es automática, la muerte no sigue inmediatamente, pero deben pasar ‘tres días’. Durante esta ‘ausencia’ y en este ‘silencio’ de Dios estamos llamados a poner en juego nuestra confianza”.
Todos estamos ansiosos por volver a la normalidad, y gracias a Dios, en la región de San Diego como California y gran parte de los Estados Unidos, han sabido manejar la situación de una manera encomiable y digna de reconocer, a tal grado que ya se ve la luz al final del túnel.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que tomará tiempo recuperarnos y que, aunque vamos por el buen camino, aún estamos en pandemia y debemos seguir respetando los protocolos establecidos por nuestros líderes. Así que paciencia, contigo y con los demás. Ejercita tu confianza en Dios y ¡ánimo, Cristo ha resucitado!