Por el Padre Father Bernardo
ROMA —Mientras se escribe esta columna se ha revelado un documento que pinta que la Corte Suprema votará por hacer el aborto ilegal en todo el país. A simple vista para los que pedimos respeto por la vida esto parece un paso favorable. Sin embargo, si analizamos bien la situación, aún no se puede cantar victoria.
Me explico. El hacer algo legal o ilegal no es garantía de que sea lo mejor para la sociedad. En los comienzos de la Iglesia Católica era ilegal ser cristiano. El verdadero objetivo de alguien que defiende la vida no se puede limitar al campo legal; si en verdad nos preocupa este tema y queremos solucionarlo, tenemos que ir a la raíz del problema. La solución no es hacer el aborto ilegal o inaccesible. Esto es un paso, sí, pero hay mucho más por hacer.
Lo mismo sucede en otras áreas de la vida como la pena de muerte o la inmigración irregular. No se trata solamente de cambiar leyes sino de crear conciencia y programas para el desarrollo pleno de las personas.
En este caso, nuestra labor es hacer todo lo necesario para que las mujeres que llegan a considerar el aborto no tengan que enfrentarse a esta dolorosa situación.
Muchas mujeres recurren a esta alternativa presionadas por la violencia doméstica; otras lo hacen por miedo a un futuro incierto; algunas por que viven en pobreza extrema y no tienen ni para comer ellas mismas; y otras tantas recurren a esta alternativa porque no tienen seguro médico para ellas, mucho menos para un bebé.
No es verdad que todas las mujeres recurren a esta medida por irresponsables o para vivir desenfrenadamente, existen muchas razones.
Si las personas de verdad nos preocupáramos por la dignidad humana desde la concepción, sabríamos que ilegalizar el aborto no es el paso final al problema. Con esto nos estamos enfocando solamente en el acto legal y no en la persona, ni en el bebé que decimos defender ni en la mamá.
Si de verdad nos interesa trabajar por el respeto de la vida y la dignidad humana desde la concepción hasta la muerte natural, nuestra tarea es ayudar a crear conciencia y trabajar por un desarrollo sano de la persona, sin importar aspectos físicos como su religión, estudios, género, orientación sexual, estatus legal o económico.
El Padre Bernardo Lara es sacerdote de la Diócesis de San Diego. Actualmente, se encuentra haciendo estudios de posgrado en Roma y es co-conductor del programa diocesano “Vive Feliz” por Amor 102.9 FM a las 8 a.m. los domingos. Se puede contactar en fatherbernardolara@gmail.com.