Por Padre Bernardo Lara
ROMA — Acabamos de celebrar una Pascua más; vale la pena reflexionar sobre el sentido de esta fiesta.
Esta celebración nos recuerda que nuestra fe no está basada en una serie de filosofías o escuelas, sino en una persona que murió y que venció a la muerte: Jesús.
Vamos a pensar. Si nosotros le dijéramos al ex-portero de la selección mexicana, Jorge Campos, en qué consiste el fútbol, probablemente comenzáramos por las reglas del juego: ningún jugador puede tocar el balón con la mano, excepto el portero; el mismo portero solo puede tocar el balón con la mano dentro de su área; si te hacen falta en el área es tiro penal. Y muy probablemente Campos nos diría que efectivamente esas son las reglas, pero que el futbol es algo mucho más bonito que solamente eso.
Lo mismo pasa en otras áreas, por el ejemplo en la escritura. Si platicáramos con Roberto Gómez Bolaños (Chespirito) sobre las reglas gramaticales del español y le dijéramos que solo se puede escribir la “m” y nunca la “n” antes de la “p” y la “b”, como es el caso en las palabras cumplir, amplio y empezar; que las palabras se clasifican en diferentes categorías dependiendo de su sílaba tónica (aguda, grave y esdrújula); y así, le fuéramos diciendo las reglas del castellano, seguramente Chespirito -quien era un excelente escritor- nos diría que el idioma español es algo mucho más bonito que solo las reglas de ortografía.
Lo mismo pasa con la fe. En ocasiones solo nos enfocamos en las reglas o los mandamientos que debemos seguir. Queremos saber incluso qué reglas podemos romper sin caer en pecado. A veces juzgamos al prójimo basándonos en las reglas que hemos visto que la otra persona ha quebrantado. Llegamos hasta a pensar en negarle la comunión a alguien porque a mi parecer no están siguiendo las reglas que deben…y con eso se nos olvida que nuestra fe es algo mucho más bello.
Nuestra fe está fundada en una persona. La fiesta de la resurrección nos recuerda que podemos tener no solo las reglas a vivir, sino una relación con Jesús en la cual Él me irá marcando el camino a seguir y moldeará mi vida de acuerdo con su voluntad. Se nos olvida que la resurrección nos muestra que Jesús no permanece muerto. Se nos olvida que Jesús está vivo, y consecuentemente en ocasiones queremos encerrar a la iglesia en comportamientos que se convierten, más que en tradición, en rutina. Lo mismo hacemos con nuestras vidas al dejarlas caer en la repetición insípida.
Hay que recordar, entonces, que la resurrección nos muestra que Jesús está vivo y eso es en lo que creemos. Creemos en un Dios que sigue vivo, que sigue actuando, que sigue renovando las cosas, que me sigue renovando a mí en mi vida y que sigue siendo cabeza de la iglesia.
El Padre Bernardo Lara es sacerdote de la Diócesis de San Diego. Actualmente, se encuentra haciendo estudios de posgrado en Roma y es co-conductor del programa diocesano “Vive Feliz” por Amor 102.9 FM a las 8 a.m. los domingos. Se puede contactar en fatherbernardolara@gmail.com.