¿Qué nos puede enseñar este Niño?

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Por Padre Bernardo Lara

SAN DIEGO — Uno de los villancicos más populares, tanto en inglés como en español, es “El Niño del Tambor”.

Esta canción trata sobre un niño pobre que toca su tambor en el pesebre. El niño toca su tambor frente a Jesús, José y María porque no tiene nada más que regalarle al recién nacido. Esta imagen despierta un sentimiento de compasión y empatía en todo aquel que la escucha. Y cuando la canción dice, “Cuándo Dios me vio tocando ante Él me sonrió”, ¡hasta dan ganas de abrazar al niño del tambor! Para que esta canción tenga sentido, el niño del tambor tiene que ser pobre, de otra forma no funciona.

Pero ¿Qué pasa en la vida real? Hay tanta gente pobre, tantos niños pobres y no nos conmovemos igual que lo hacemos con la canción.

En la vida las personas tenemos momentos de éxito y de tropiezos. Lamentablemente, siempre vemos con rechazo y desprecio a los que tropiezan. Se nos olvida que a veces una vida llena de pruebas o tropiezos al final puede traer una bendición, mientras que una vida llena de lujos puede ser causa de perdición.

Tenemos la mala costumbre de voltearle la cara a los menos afortunados mientras apoyamos ciegamente a aquellos que tienen un poco más de estabilidad material. Por ejemplo, cuando le queremos comprar una pulsera al vendedor de la playa, le regateamos, pero cuando vamos a un restaurante caro hasta dejamos propina de más. Es más fácil que un banco le preste millones de dólares a un negocio para sacarlo de deudas a que le preste a una familia para comprar una casa.

Como sacerdote en las parroquias me he topado con que los pobres son muy generosos a pesar de no tener mucho. Esto no es de extrañarse ya que a final de cuentas el pobre sabe de primera mano lo que es pasar hambre y frío.

Desde luego no se trata de dividir o de crear malos en este cuento, sino de crear conciencia. Es recordar que el éxito no siempre es éxito y los tropiezos no siempre son una condena, así lo muestra la historia: a Albert Einstein lo expulsaron de su escuela por no mostrar aptitudes académicas; Walt Disney se fue a la bancarrota con su primer negocio de caricaturas y le rechazaron a Mickey Mouse más de 300 veces.

De igual modo, recordemos que fue en la pobreza que vino la salvación del mundo, en un pesebre en Belén. Que en esta Navidad nos acerquemos a Jesús con la misma humildad que lo hizo el niño del tambor.

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