EL CENTRO – Una familia de escasos recursos hambrienta por acompañamiento. Una voluntaria que goza de traer alegría a la gente pobre, particularmente a los pequeños.
Ellos fueron dos de los participantes en un evento llamado “El Abrazo” (The Embrace), el más grande organizado por La Comunidad Católica de El Centro. En su tercera edición, el evento fue una fiesta navideña y mucho más para familias pobres e indigentes del Valle Imperial, el cual sufre tazas muy altas de pobreza.
Alrededor de 300 voluntarios acudieron al salón parroquial de la iglesia Santa María, la cual había sido decorada para la celebración. Compartieron un toque de casa y amistad con las 1,556 personas del valle que abarrotaron el lugar, incluyendo 52 hombres y mujeres “homeless”, según los organizadores.
Los participantes recibieron 915 comidas calientes y bolsas con latas y paquetes de comida para llevar a casa. Para niños, hubo un concurso para ganarse un pastel, una zona para juegos, y, por supuesto, fotos con Santa Claus. Indigentes recibieron cortes de pelo gratuitos, pudieron bañarse, además de recibir ropa y artículos personales. La planeación para este evento tomó varios meses y casi todo fue donado.
Cuatro miembros de la familia Piña, de la ciudad de Imperial, asistieron el evento; Mariel y sus dos hijos chicos, Giovanni and Gianni, y su madre, Nydia.
“Se siente muy acogedor con toda la decoración”, dijo Mariel Piña. “El espíritu navideño está presente.”
Una madre soltera, ella explicó que la familia tiene un ingreso modesto pero fue la oportunidad de socializar con otros que los llevó a la celebración.
“La rutina de mis hijos es solamente de casa a escuela y de escuela a casa. Así que es bueno que pueden estar alrededor de otros niños y otra gente.”
Ella dijo que su familia estaba agradecida de poder estar ahí.
“Todos son súper amables. Te diviertes con el convivio y los niños reciben un regalito.”
Clarissa Estrada sirvió como el “capitán” del Taller de Santa Claus, donde se envolvieron los juguetes. Aseguró que regresa como voluntaria año tras año por las gracias que recibe de papás y la alegría que ve en los niños.
Dijo que muchos padres le dicen que no tenían el dinero para comprar los regalos que sus hijos querían.
En este evento, “Santa Claus se los puede dar”, dijo Estrada, parte de la comunidad católica de El Centro.
Dijo que muchas familias inicialmente sentían pena al aceptar el apoyo pero que a lo largo de los años eso ha cambiado.
“Aquí nadie los va a juzgar, nadie los va a despreciar”, dijo Estrada. “Nosotros queremos ayudarlos y nos complacemos poder hacerlo”.
Richard Enríquez fundó el Ministerio para los Indigentes en la iglesia Santa María y sirvió como uno de los coordinadores del evento. Comenzó como un acercamiento a los indigentes pero evolucionó a también servir a familias pobres. Él veía el evento como una expresión de fe.
“No es nosotros, es el Espíritu Santo actuando”, dijo Enríquez. “El Espíritu Santo te mueve a compartir amor y a disfrutar de la experiencia. Es maravilloso. El Abrazo es maravilloso”.