SAN DIEGO — Más de 15 años después de haber sido divididas, las Oficinas Diocesanas del Ministerio de Jóvenes y Adultos Jóvenes se vuelven a fusionar.
Maricruz Flores, quien fungió como directora de la Oficina de Jóvenes desde julio de 2019, es ahora la directora de la nueva oficina; dirige a un equipo de cuatro personas.
Pamela Poe, directora asociada, fue directora asociada de la Oficina de Adultos Jóvenes durante los últimos cuatro años. Brilema Pérez, directora asociada, anteriormente asistente administrativa de las oficinas del Ministerio de Jóvenes y del Ministerio de Jóvenes Adultos, se ha reincorporado al personal diocesano después de irse en septiembre de 2018 para realizar una Maestría en Investigación (ReMa) y Sacrae Theologiae Baccalaureus (STB) de Katholieke Universiteit Leuven en Lovaina, Bélgica. Erika Quevedo permanece a bordo como asistente administrativa.
La diócesis anunció el nombramiento de Flores y la reestructuración de la oficina el pasado 23 de febrero.
“No quiero que la gente piense que voy a derribar y reconstruir, cuando ya existe un hermoso ministerio con los jóvenes adultos”, dijo Flores, de 32 años.
Flores alabó a Patrick Rivera, quien dejó la dirección de la Oficina de Adultos Jóvenes en diciembre, y a Poe por el éxito de dicho ministerio.
“No queremos cambiar mucho”, aseguró reflexionando en sus planes futuros. “Todos hemos estado haciendo un gran trabajo en nuestras distintas oficinas. (La pregunta es) ¿cómo podemos hacerlo aun mejor?”.
Sugirió que una manera de lograrlo es viendo la reciente fusión como una oportunidad para “cerrar esa brecha” entre estos dos ministerios. Agregó que para eso hay que buscar formas de suavizar la transición de los grupos de jóvenes y las clases de confirmación para adolescentes Católicos hacia el tipo de programas que necesitan los jóvenes Católicos de nivel universitario y profesional.
Hizo referencia a “Going, Going, Gone: The Dynamics of Disafffiliation in Young Catholics” (Se Va, Se Va, Se Fue: Dinámicas de Desafiliación en Jóvenes Católicos), un informe publicado en 2018 sobre las razones por las que los jóvenes Católicos abandonan la Iglesia. Basado en un estudio a nivel nacional, el reporte reveló que la edad promedio en la que los jóvenes dejan de identificarse como Católicos son los 13 años.
La fusión de estas dos oficinas permite a la diócesis presentar un “frente unido” para encarar este reto, comentó Flores. También le permitirá al equipo ver la manera en que Pastoral Juvenil -el ministerio en español de jóvenes y adultos jóvenes con énfasis en formación en la fe y liderazgo- y el programa existente de ministerio de jóvenes adultos en inglés pueden enriquecerse mutuamente a través del intercambio de mejores prácticas.
«No queremos que sea manejado como algo por separado”, dijo sobre Pastoral Juvenil.
“El nombramiento de Maricruz Flores como directora de la Oficina del Ministerio de Jóvenes y Adultos Jóvenes significa un nuevo comienzo para una mayor sinergia y colaboración entre estos dos grupos”, comentó la canciller diocesana, Marioly Galván. “Las prioridades establecidas por el Sínodo de Adultos Jóvenes en 2019 permanecen a la vanguardia a medida que salimos de la pandemia”.
Por su parte, Flores considera que su trabajo para los próximos meses es principalmente el de escuchar las preocupaciones de los líderes del Ministerio de Adultos Jóvenes de la diócesis.
“No puede hacer esto sola. Estoy destinada a realizarlo con un equipo (y) con personas en las parroquias”, dijo. “La única manera en que se van a lograr las cosas es si trabajamos en conjunto”.
Más información disponible en sdcatholic.org/youth.
