Por Alexandra Mendoza
OTAY MESA – Si la Sagrada Familia hubiera llegado a la frontera estadounidense en búsqueda de refugio como lo hicieron en Egipto, hubiera sido encarcelados, reflexionó el Obispo Católico de San Diego Robert McElroy.
El Obispo se unió a otros líderes religiosos de California que el pasado sábado 23 de junio se congregaron en las afueras del centro de detención para inmigrantes en Otay Mesa para expresar su respaldo a las familias que han sido separadas a consecuencia de las políticas migratorias de la actual administración federal.
Uno de los momentos más emotivos, fue cuando los cientos de manifestantes llegaron a un costado del inmueble, justo frente a las rejas que resguardan el centro de detención, gritando “¡No están solos!”
Desde el interior, se pudo escuchar los gritos de agradecimiento por parte de los inmigrantes ahí recluidos, que hicieron saber que estaban al tanto de lo que sucedía al exterior.
“Eso fue muy conmovedor, que la gente al interior nos haya escuchado y que haya entendido nuestro apoyo hacia ellos”, consideró el Obispo McElroy.
La acción formó parte de una serie de multitudinarias movilizaciones a nivel nacional que se realizaron a pesar de que días atrás, el Presidente Donald Trump emitió un decreto para frenar esta práctica, aunque no la detención de las familias que cruzan la frontera de forma irregular.
Esta crisis humanitaria se generó a raíz de la denominada “política de cero tolerancia”, bajo la cual, se enjuicia a toda persona que ingrese al país sin documentos. En consecuencia, el gobierno estadounidense habría llevado a diversos albergues y centros de detención a 2,300 niños que viajaron con adultos.
El Departamento de Defensa, mientras tanto, anunció que se preparaba para construir campamentos temporales en dos bases militares para inmigrantes detenidos, posiblemente hasta 20,000.
Además de alzar su voz a favor de inmigrantes, la diócesis de San Diego, a través de su organización Caridades Católicas, está apoyando a la comunidad de inmigrantes con servicios gratuitos. Estos incluyen ayudar a los Soñadores a renovar su permiso de DACA; presentar foros para preparar a familias para una posible detención o deportación, especialmente aquellas con hijos nacidos en este país; y ofrecer apoyo legal a inmigrantes ya detenidos o que enfrentan una orden para su deportación.
Y en respuesta a las familias ya detenidas, la diócesis está preparando un plan para poder proveer albergue temporal a las madres con hijos que son liberados por las autoridades migratorias y pueden permanecer legalmente en este país mientras su caso está pendiente.
Para el Obispo McElroy, era importante manifestar el rechazo a las “violaciones horríficas hacia lo sagrado que es la familia”, que han acontecido en las últimas semanas.
Durante su discurso, hizo el comparativo con la historia bíblica de la Familia Sagrada, la cual huyó de su país para buscar refugio en Egipto para proteger al Bebé Jesús de Herodes, quien buscaba matarlo.
“Si María, José y Jesús hubieran llegado a nuestra frontera la semana pasada como refugiados, el Niño Jesús había sido separado de los brazos de sus padres y llevado a una jaula”, señaló McElroy ante los manifestantes.
El Obispo lamentó que funcionarios federales, como el Fiscal General de Estados Unidos, Jeff Sessions y la vocera presidencial, Sarah Huckabee Sanders, hayan citado la Biblia para justificar el mandato que separó a miles de niños de sus padres.
“La gente utiliza la Biblia todo el tiempo para formas que son contradictorias al verdadero significado de la Biblia”, consideró. “Sí, San Pablo dice que hay que obedecer la ley, pero al mismo tiempo, San Pablo fue sacrificado por haber defendido el Evangelio de Cristo en contra de la ley, y fue arrestado por el gobierno de Roma”.
El Obispo instó a todos a abrir sus corazones a los inmigrantes.
“Todos nosotros debemos llenarnos de esperanza, fuerza y amor a nuestro país y a todos los que llegan aquí en búsqueda de una nueva vida.”
Y una vez más unió su voz a todos los obispos del país pidiendo una reforma migratoria justa.
Posterior al mensaje del obispo y de otros líderes religiosos, un grupo participó en un acto de desobediencia civil y logró llegar hasta la puerta del centro de detención en donde se unieron en oración. “No tengas miedo, estamos contigo”, expresaron los manifestantes quienes hicieron un pasillo por el que pasaron familias que fueron a visitar a sus seres queridos al interior.
Activistas de diversas organizaciones en San Diego coincidieron en que es momento de solidaridad con los más vulnerables.
“Dios es amor, Dios no es un Dios de miedo, por lo tanto yo me paro aquí ante ustedes y les pido que abran su corazón, abran sus brazos, abran sus puertas a los extranjeros”, exclamó Gloria Morales de la agrupación San Diego Organizing Project (SDOP). Esta coalición de líderes de fe organizó la manifestación en coordinación con su contraparte estatal, PICO de California.
El tema de la inmigración se ha vuelto aún más divisivo en los últimos años tras las declaraciones primero del candidato Trump y luego de sus órdenes como presidente.
Afirmando la teología y enseñanza católica, los obispos consistentemente han abogado por el tratamiento humano de todos los inmigrantes, sin importar sus estatus. El 13 de junio, el presidente de la Conferencia de Obispos denunció la política de separar a familias y una vez más instó al Congreso que adoptara una reforma migratoria justa.
“Las familias son pieza fundamental de nuestra sociedad y deben mantenerse juntas”, dijo el Cardenal Daniel DiNardo. “Sí, la protección de nuestras fronteras es importante, pero podemos y debemos trabajar mejor como gobierno, y como sociedad, para encontrar otras formas de asegurar nuestra seguridad. El separar a bebés de sus madres no es la respuesta y es inmoral”.
Mientras tanto, el diario The San Diego Union-Tribune reportó que la firma privada que opera el Centro de Detención de Otay Mesa, CoreCivic, planea añadir unas 512 camas. El centro, que tiene una capacidad actual de 1,458 camas, se ampliaría por 35 por ciento una vez que se complete la expansión.
_ Aída Bustos contribuyó a esta noticia.