Por Ricardo Márquez
SAN DIEGO — “De una misma boca salen maldición y bendición…la lengua es fuego…hace arder todo el ciclo de la vida…” (Santiago. 3: 6.10).
La lengua se desata ante las frustraciones, cuando no obtenemos lo que queremos. Vivimos días de muchas insatisfacciones, inesperadamente enfrentamos limitaciones que nos impiden trabajar y movernos como lo veníamos haciendo. Sentimos la incertidumbre y las angustias de cada día: qué comeremos, cómo pagaremos la renta, a dónde iremos…Estas situaciones son el caldo de cultivo para la violencia y la agresión, o para la depresión y la huida.
La violencia al interior de la familia, el maltrato prevalente a las mujeres y los niños, es una realidad que no se puede negar. Cuando en distintos países del mundo se empezaron a recoger estadísticas de este problema, cuando nos percatamos que sólo en Estados Unidos los casos de violencia doméstica afectan a más de 12 millones de personas cada año, se alzaron las voces de líderes comunitarios y organizaciones internacionales; la conciencia de la gravedad de la violencia doméstica se hizo más sonora y visible.
Violencia, agresión y maltrato que afectan física, sexual y emocionalmente a las víctimas. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) y otras organizaciones recogen este clamor y crean entonces documentos y días internacionales para orientar las acciones que se deben tomar para prevenir y atender esta problemática
Octubre es el mes escogido para incrementar la conciencia sobre la violencia doméstica en el mundo. Se nos invita más explícitamente a poner atención a este problema y ser parte activa de su solución. Desde nuestra comunidad católica, queremos unirnos a la tarea educativa y formativa para hacernos más conscientes y sensibles a la realidad de la violencia en nuestros hogares.
El día miércoles, 14 de octubre, la Dra. Christauria Welland, psicóloga comprometida por años con esta causa, ofrecerá una charla virtual en español sobre “La prevención y el manejo de las explosiones emocionales y la violencia doméstica” (ver invitación).
El sábado, 17 de octubre, celebraremos una misa presencial y virtual, a las 6 pm, en la Iglesia de San Francisco de Asís en Vista. Estas dos pequeñas acciones servirán para dialogar, orar y conocer el tema: cómo afecta a nuestra comunidad, qué apoyos y ayudas existen, y qué podemos hacer desde la transformación personal para ser instrumentos de reconciliación y sanación en nuestras relaciones familiares.
La tarea es inmensa y requiere de paciencia.
“La paciencia no es pasividad, sino constancia, espera activa, que resiste a la desesperación y la resignación” (Alfredo Infante, S.J.). Es tarea educativa que requiere la formación de nuevos hábitos y costumbres para actuar humanamente y no violentamente ante la frustración y el conflicto.
¿Qué ejemplos le damos a nuestros hijos en el hogar, cómo nos hablamos y nos tratamos? Los ejemplos que les demos hoy serán sus conductas del día de mañana. Así de grande es nuestra responsabilidad como padres.
Hoy podemos comprometernos a ser instrumentos de paz, a contar hasta 10 antes de proferir una palabra hiriente, a expresar nuestra rabia y frustración de forma segura golpeando un muñeco de goma, o gritando debajo del agua en el mar…soltando la rabia para limpiar el alma.
Ricardo J. Márquez, PhD, es director asociado de la Oficina de Vida Familiar y Espiritualidad. Se puede contactar en rmarquez@sdcatholi.org.