Padre Bernardo Lara
Dentro del calendario de nuestra liturgia, este mes de mayo comienza con la fiesta de uno de los personajes más importantes dentro de nuestra fe: el señor San José. Cabe aclarar que la Fiesta de San José es en marzo 19, pero en mayo 1ro la Iglesia lo recuerda como “San José Obrero”. Sin embargo, vale la pena ponerse a meditar un poco en esta persona; justo en estos tiempos de pandemia, cuando quizás algunos ocupen un empujón para seguir, San José viene a ser un ejemplo a seguir ideal.
Me explico: Siempre que hablamos del señor San José, lo relacionamos con cosas alegres.
Por ejemplo, a San José lo ponemos en el nacimiento de Navidad y lo relacionamos con la decoración navideña que incluye luces o el árbol. Además, lo incluimos en muchos villancicos; y desde luego que él forma la figura principal dentro del canto para pedir posada. Es muy común relacionar a San José con este ambiente, sobre todo cuando cantamos alegremente, “En el nombre del cielo, os pido posada/pues no puede andar/ mi esposa amada”.
Pero si leemos los evangelios, veremos que en la vida de José en verdad no hay fiestas. Al contrario, es prueba tras prueba tras prueba.
Para empezar, de momento la mujer con la que se comprometió sale embarazada, y aun que luego descubre la verdad, al comienzo debió haber sido un golpe duro. Después, aunque descubre que el hijo de María es por obra del Espíritu Santo, las demás personas no sabían y debió sufrir chismes y humillaciones a causa de que “su mujer salió embarazada antes del matrimonio”.
El mismo día de Navidad, es otro ejemplo. Tuvo que viajar con su mujer embarazada, en burro, de Nazaret a Belén por el censo. Una vez que llega a Belén, no tiene donde quedarse, y por lo mismo debió sufrir mucho estrés y preocupación por María que estaba a punto de dar a luz y no había un techo donde cobijarse.
Después de que Jesús nace, la historia no termina; los persiguen para matar al niño y al poco tiempo de haber llegado a Belén tiene que emigrar a Egipto escondiéndose de Herodes.
La vida de José no está tan llena de fiesta como pareciese. Al revés, fue un constante batallar. Fue duro. Pero su fe en Dios lo mantuvo. No se dio por vencido por que sabía que Dios caminaba con él.
Así mismo nosotros: Son momentos quizás de retos: pero aquellos que caminan con Dios, según nos cuenta la Biblia, siempre participan de la gloria de Jesús. Esa gloria que vino a revelarse más impactantemente en la Resurrección. Que esta fe en que Jesús Resucitó nos ayude a recordar que Dios todo lo vence; y que el ejemplo de San José y su intercesión, nos aliente a seguir caminando, incluso cuando parece que no se puede.
El Padre Bernardo Lara es vicario parroquial en la iglesia St. Mark en San Marcos, y conductor del programa de radio diocesano “Vive Feliz”, que se transmite los domingos a las 8 de la mañana y por Internet en vivefelizsd.org. Se puede contactar en fatherbernardolara@gmail.com.