SAN DIEGO — Hay un tema del cual que se ha estado hablando durante más dos años dentro de la Iglesia Católica: el sínodo.
Seguramente ya has escuchado hablar de ello, ya sea en tu parroquia o en algún medio de comunicación Católico. De hecho, todas las parroquias de la Diócesis de San Diego han estado realizando algunos ejercicios -como grupos de discusión y encuestas por Internet- para contribuir con esta iniciativa del Papa Francisco.
La palabra “sínodo” proviene de varias palabras en griego. Sin embargo, los académicos concuerdan que en su origen etimológico hace referencia a “caminar” y “juntos”. Lo que nos indica que esta palabra tiene dos aspectos muy importantes: el de comunidad y camino.
Justamente este ejercicio que se está viviendo dentro de la Iglesia, y que se vivirá de una manera más enfocada en el mes de octubre, tiene como propósito caminar juntos ante los desafíos que se nos presentan a todos como pueblo de Dios.
La realidad es que este ejercicio es necesario. Conforme el mundo ha ido creciendo y evolucionando, también han surgido nuevos desafíos. La Iglesia no quiere que sea únicamente el Papa y un grupo de obispos en Roma los que tomen decisiones “en nombre de la Iglesia”. Más bien, lo que se busca es escuchar a todas las personas; escuchar sobre los problemas que se viven en nuestras comunidades, las inquietudes, los sentimientos, los miedos, motivaciones, y propuestas, para de ahí poder partir. A final de cuentas, la Biblia y nuestra tradición nos ha enseñado que, a pesar de que el Papa tiene la última palabra en cuestiones de fe dentro de nuestra religión, Dios también se comunica con nosotros a través de SU pueblo. Viéndolo de esta manera entenderemos que el sínodo es algo sumamente positivo.
Lamentablemente, el sínodo también tiene sus batallas. Hay algunas personas que están en contra de este ejercicio, unos simplemente expresan su desacuerdo y otros, tristemente, se pronuncian hasta en contra del Papa. Peor aún, muchos medios de comunicación Católicos, oradores y sacerdotes se han encargado de distorsionar el mensaje y confundir a la gente porque o no entienden lo que es el sínodo o simplemente están en contra del Papa.
No obstante, este ejercicio del cual hablaremos más a detalle el siguiente mes, es un ejercicio importante.
¿Has escuchado el dicho que dice: “Dos cabezas piensan mejor que una”? Ahora imagina que en lugar de ser dos cabezas son muchas cabezas de todo el mundo: hombres, mujeres, solteros, casados, ricos, pobres, personas con estudios y aquellos que no pudieron ir a la escuela. Representantes de todos los que conformamos la Iglesia Católica. Después de todo, el sínodo trata de recordarle a la Iglesia quién es. No es una pirámide donde Roma está hasta arriba y el pueblo hasta abajo. Más bien, es un círculo donde todos somos una comunidad.
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